Donde las leyendas son ciertas

De muy oportuno y acertado calificaría el recuerdo que Manuel Rivas hace de Xosé Rubia Barcia en su artículo Donde las leyendas son ciertas, dedicado a Galicia. Fue un hombre hecho a sí mismo, un intelectual de reconocido prestigio mundial, un humanista que, a pesar de vivir 60 años en la diáspora, nunca dejó apagar en él la luz y el amor a la tierra que le vio nacer y donde quiso que sus cenizas descansaran para siempre; fue un embajador de Galicia en el mundo entero y un peregrino que, a pesar de ser adoptado por otras culturas, siempre se sintió orgulloso de la suya, la gallega. Quizá, en estos momentos tan significativos para Galicia, los gallegos deberíamos tomar ejemplo del legado dejado por Rubia Barcia y hacer emerger de nuestro interior esa fuerza que impulse a esta tierra tan bella al lugar que se merece-