El Rayo curó sus heridas
El colista Jaén perdió en su campo con un gol en propia meta
El Rayo Vallecano curó sus heridas en el campo de la Victoria. Fue gracias a un tanto materializado por el defensa- andaluz Somavilla en su propia portería. El Jaén se hunde más si cabe en el último lugar de la tabla y, por lo visto en el partido de ayer, se le agotan los recursos para intentar escapar de ese puesto.El Rayo, pese a los tres puntos, dio la impresión que corresponde a la caótica situación que ha vivido en los últimos días. El esquema que puso en práctica su entrenador Josu Ortuondo funcionó en el primer tiempo, mientras en el Jaén sucedió todo lo contrario. Al final, el gol marcado en propia puerta viene a ratificar la teoría de Quique Álvarez, técnico del Jaén: hay buena actitud en el campo, pero falta suerte. Es el segundo partido consecutivo que los jienenses pierden con el mismo resultado por un autogol.
El encuentro comenzó con una clara ocasión para el Rayo cuando Prieto se plantó solo ante Yepes sin poder batirle. El Jaén presionó en el centro del campo y consiguió reponerse. Dominó, pero sin destellos que permitieran aventurar que Podía adelantarse en el marcador. Tan sólo una jugada de Chumilla transcurrida en la primera media hora dio sensación de peligro, pero Lopetegui detuvo su débil y mal colocado disparo. El resto de la primera parte fue un continuo lanzar balones al aire por parte de uno y otro equipo para intentar que algún delantero los cogiera. Ningún atacante lo hizo.
El tono del encuentro cambió la segunda mitad, pero en plan espejismo. A los cinco minutos, Izquierdo enganchó una bolea desde el vértice derecho del área vallecana, pero el vuelo de Lopetegui impidió que fuera perfecta. Rueda penetró un par de veces desde la banda, aunque la defensa rayista logró, despejar sus centros.
A los 10 minutos empezó a avisar el Rayo. Onésimo conectó dos jugadas casi consecutivas, una desde cada lado del área jienense. En la primera sirvió un balón de oro a Prieto que desde el centro del área remató de cabeza para que Yepes se luciera. En la segunda, el portero jienense logró detener el pase del delantero.
Pocos minutos después llegó el único gol. Pablo Sanz recibió un pase dentro de área y escorado a la izquierda pasó el balón al centro del área. Allí Somavilla convirtió un despeje en un disparo a bocajarro a su propia portería. La reacción del Jaén nunca llegó.
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