Hallados más restos humanos en casa del pastor protestante de Bruselas
Andras Pandy, el pastor protestante húngaro de 70 años acusado de haber asesinado a sus dos esposas y cuatro de sus ocho hijos, es un hombre frío y cruel. "Trataba a su esposa como a una sirvienta y una esclava" afirma el otro pastor protestante húngaro radicado en Bélgica. Entretanto, nuevos restos humanos fueron encontrados ayer por la policía en la ya llamada casa de los horrores.
"Es un bloque de hielo; no se pone nervioso por nada en los interrogatorios y sigue negándolo todo", afirma la policía belga. Pero el círculo empieza a cerrarse en tomo a él. Ayer fueron encontrados otros huesos humanos en la casa del horror, aunque no se sabe si pertenecen al mismo cadáver hallado el sábado o a otro cuerpo. La policía empezará a registrar hoy las ocho bodegas que posee la segunda casa de Pandy en Bruselas. Está también junto al canal y fue adquirida en 1986, precisamente cuando empezaron a producirse las desapariciones.En la primera se han encontrado huesos humanos, abundante pelo, dientes y muchos documentos en húngaro, además de una urna con cenizas y varios trozos de carne en un refrigerador. Pandy estaba obsesionado con contraer matrimonio. Publicaba anuncios en la prensa ofreciendo matrimonio y al menos 20 mujeres le contestaron. "Como una hermosa profesora de unos 50 años de la que hace ya años que no se sabe nada", explica su colega pastor.
"Pandy es muy agradable cuando quiere, pero también un ser autoritario, sobre todo con su familia y con los fieles de su iglesia, cerrada hace ya muchos años", añade su antiguo colega.
El pastor vivió durante años de los donativos que le ofrecían los 1.700 fieles de su parroquia. Después de jubilarse, empezó a viajar con frecuencia a Hungría.
Desde allí se trajo a Bruselas a dos mujeres cincuentonas a las que había prometido matrimonio. Tras mantenerlas encerradas durante un mes "en una casa vieja, junto a un río o un canal", explican ellas, accedió a sus ruegos de permitirles volver a Hungría. Estas dos mujeres pudieron contarlo. La policía húngara indaga sobre el destino de 10 mujeres y varias niñas desaparecidas sin dejar rastro.
Una mujer húngara declaró a la policía magiar que conoció al presunto parricida a través de un anuncio publicado con cierta regularidad en los diarios húngaros, en el que decía que buscaba a una mujer de nacionalidad húngara con una o dos hijas menores para proponerle matrimonio.
La policía húngara ha empezado a registrar una casa del pastor en la localidad de Budakeszi, situada a una treintena de kilómetros al norte de Budapest.
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