Próxima estación, Ketama
Un inesperado concierto sorprendió ayer a los viajeros del metro
La una de la tarde puede resultar una extraña, hora para un concierto. Pero si éste se celebra dentro del metro, sin aviso ni propaganda de ningún tipo y con Andrés Calamaro y Ketama como protagonistas, el acto llega a convertirse en todo un acontecimiento para los viajeros del suburbano. Exactamente esto es lo que pasó ayer en la estación de Príncipe Pío. Sin comerlo ni beberlo, decenas de usuarios del metro pasaron a ser entusiastas espectadores de un concierto sorpresa organizado por la cadena SER para presentar la nueva temporada de sus radiofórmulas (40 Principales, M-80, Cadena Dial, Radiolé y Sinfo Radio).Los jóvenes eran ayer mayoría absoluta en el vestíbulo de Príncipe Pío, una de las estaciones de metro más lucidas de la ciudad. A juzgar por la. cantidad de carpetas y mochilas que se veían entre el público, la hora elegida para el concierto coincidió con la salida de clase de los estudiantes. Y si no, que se lo pregunten, a los tres componentes de Ketama (Antonio, Josemi y Juan Carmona) y a Andrés Calamaro, el antiguo cantante de Los Rodríguez: unas veces tenían que plantar su firma en un libro de arte; otras, en uno de biología, en los apuntes de un estudiante de Filología Inglesa y en multitud de carpetas.
"Volvíamos de clase. Cuando subíamos las escaleras hemos oído que aIguien ensayaba y nos hemos acercado. Era Andrés Calamaro, me he quedado helada", relataba una estudiante de Educación Física. "Me ha parecido que sonada Ketama, pero he dicho '¿Qué van a hacer tocando en el metro?'. Y de pronto veo a Los Rodríguez. Menudo subidón", decía un estudiante momentos después de terminar la colección de autógrafos del día. "¿Pero por qué no lo han anunciado? He llamado por teléfono a mis amigos, a ver si les da tiempo a llegar", decía otro de los alucinados espectadores. Las caras de los que se iban sumando al acto se repetían todo el rato: ojos como platos y media sonrisa.
Los mayores eran los que más tardaban en saber de qué iba, la cosa. Y los que antes se daban la vuelta. Ketama cantaba No estamos locos y había jovencitas que daban palmas y movían las caderas. "Lo que se ha perdido Trini", comentaron dos amigas tras llegar a la conclusión de lo "monísimo" que es Calamaro. Entre el público, además, asomaba la cabeza de Loquillo, que tampoco se libró de firmar autógrafos. Pero hay gente para todo, y abajo, ajenos al inesperado concierto, un grupo de personas esperaba en el andén la llegada del metro.
Lo de celebrar estos recitales en semejante espacio no era casual. El metro, según los organizadores, está de cumpleaños. Nada menos que, 78 años. Y desde los vagones que llegaban, paraban y partían de la estación de Príncipe Pío asomaban caras de, asombro ante la intensidad de los decibelios de la soleada mañana madrileña. "¿Por qué a ti te ha dado un abrazo y a mí no?", le preguntó una joven a su amiga mirando los autógrafos que Ketama les acababa de dedicar. La canción con la que este grupo de nuevas tendencias flamencas se despidió del público estaba dedicada a Madrid
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