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Las instituciones deciden analizar los efectos de la incineradora sobre la salud de los vecinos

José Manuel Romero

Los científicos vigilarán a partir de ahora con especial atención la salud de los que viven cerca de la incineradora de Valdemingómez, una factoría donde cada día entran 500 toneladas de basura que, tras ser sometidas a una temperatura de 850 grados, salen convertidas en cenizas y escorias. Los dirigentes del PP en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid acordaron el jueves iniciar los estudios epidemiológicos. La decisión se tomó más de un año después de que IU reclamará la realización de análisis médicos a los vecinos de barrios y municipios próximos a la incineradora (Santa Eugenia y Rivas Vaciamadrid, principalmene) para conocer los efectos de la actividad e los hornos sobre la salud humana.

Durante este año, los expertos de la Consejería de Sanidad han estudiado qué tipo de análisis son necesarios y cómo hacerlos. En un primer borrador, los especialistas apuntaron la necesidad de hacer análisis de pelo, orina y sangre a una "muestra representativa" de la población afectada por su proximidad a la incineradora, y la conveniencia de estudiar los acuíferos, la hierba y los animales de los alrededores de los hornos.El pasado jueves, los principales responsables de Sanidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento (Simón Viñals y, Adriano García Loygorri) y la Comunidad de Madrid (Rosa Posada y Silvia Enseñat), todos del Partido Popular, acordaron poner en marcha el estudio epidemiológico para determinar si la incineradora es perjudicial para la salud de los vecinos.

Todavía no saben los políticos cuántas personas serán objeto del estudio epidemiológico, ni en qué consistirán los análisis. Un comité de expertos diseñará el programa a seguir.

Los colectivos contrarios a la incineración de la basura (ecologistas, asociaciones de vecinos y los partidos de izquierda) creen que los efectos de las dioxinas y furanos que se escapan a la atmósfera por la combustión de residuos son nocivos para la salud.

Los que apoyan la combustión (el PP y las empresas que explotan las incineradoras) como un sistema limpio para eliminar desperdicios, recuerdan que ningún estudio científico ha conseguido relacionar la incineración de residuos con alguna enfermedad. Los análisis médicos ahora propuestos terminarán con la polémica y las dudas.

Adriano García Loygorri, concejal de Medio Ambiente de Madrid, dio el jueves su visto bueno a este proyecto de vigilancia especial sobre los vecinos de Valdemingómez. "Queremos tranquilizar a la población", señala el edil, "aunque estamos convencidos de que la incineradora no produce efectos negativos sobre la salud de las personas", explica.

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Resultados tranquilizadores

García Loygorri asegura que en Cataluña, donde funcionan varias incineradoras, se han hecho estudios médicos parecidos al que se prepara en Madrid y los resultados han sido tranquilizadores. "Sus instalaciones son más antiguas que las nuestras, pero no se ha demostrado que ocasionaran problemas de salud a los vecinos de las proximidades". El concejal de Medio Ambiente de Madrid destaca que la incineradora de Valdemingómez se somete a análisis mensuales sin que se haya descubierto ninguna señal para la preocupación.

Los humos que salen por la chimenea no son nocivos y cumplen con la normativa más estricta, según el concejal de Medio Ambiente. "La emisión de dioxinas y furanos a la atmósfera no supera en ningún caso los límites establecidos por la Comunidad de Madrid".

Un comité de expertos sanitarios diseñará en los próximos meses las características. de los estudios médicos necesarios para hacer el seguimiento sobre los efectos de la incineradora. "Esperamos que los análisis puedan iniciarse antes de que finalice el año. Serán permanentes durante muchos años para poder hacer un seguimiento correcto", explica Loygorri.

Silvia Enseñat, viceconsejera de Medio Ambiente, también asistió a la reunión convocada por Sanidad, y apoyó la elaboración de un programa de estudios sobre los efectos de la incineradora en la salud humana. Enseñat insiste en que "los datos recogidos en las mediciones de partículas de Valdemingómez son correctos".

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