Tergiversación
Respecto a la entrevista que me publicaron el pasado 5 de octubre quiero señalar que soy actor, respeto a todas y cada una de las personas que se ponen delante de una cámara o se suben a un escenario y a todos los que tienen la tremenda responsabilidad de dirigirlos, como ya dije. Admiro y quiero a muchas de las personas que trabajan en este oficio, como ya dije. Es cierto que no suelo salir con ellos, y que cuando surge el tema obsesivo y constante de la interpretación me aburro, pero yo nunca califiqué de aburridos a mis compañeros de profesión. Es cierto que me siento fuera de lugar en las fiestas de estreno y que existe la verborrea fácil, pero nunca salió de mi boca la palabra "gilipolleces" para definir los comentarios de la gente que de buena fe viene a darme su parecer. Esto es un ejemplo de cómo se deforma el discurso del entrevistado, tergiversando sus palabras para buscar un titular más atrayente y sensacionalista. La verdadera opinión de las cosas se manipula, ya sea por culpa del entrevistador o de la misma compaginación, que cambia el significado de las palabras por "falta de espacio". Entrevistas como ésta son las que hacen que desconfíe del periodismo, posicionándome en su contra y tratando de evitar las siempre que puedo. En el caso de no poder, exigiré su revisión antes de ser publicadas; pueden hacer mucho daño, no sólo al entrevistado, sino a muchas otras personas que merecen todo el res peto. Por cierto, no tengo 27 años, tengo casi 29; no es Concha de Oro, ese premio no existe para un actor, y en siete años he hecho más de nueve películas. Esfuércense en respetar la verdad de las cosas y limítense a transcribirlas. Gracias.-