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Tribuna
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Jugando a 'Street fighter' con la TVG

Manuel Rivas

La coalición progresista ha presentado una denuncia ante la Junta Electoral por el seguimiento sectario que de la campaña, a su juicio, se hace en la televisión autonómica de Galicia. El problema de la información electoral en la TVG no es tanto, o no es sólo, la manipulación y el apoyo faccioso a un partido. Ése es un mal que arrastran todos los medios llamados públicos, una patología pendiente de conjuro en la democracia española. Cuando un político llega al poder, lo primero que hace es jugar como un niño al Street fighter con la primera televisión a su alcance. Lo que pasa es que el equipo del Partido Popular no suelta el joy stick ni para tomarse una de pulpo.Pero el principal problema no es el tratamiento dado a la información sino que esa información no existe. Como un penoso trámite, los telexornais incluyen en la cola, después del deporte, unos cuantos minutos triunfales de don Manuel y unos pocos minutos mitineros de unos señores que parecen cabreados por algo que no se nos alcanza a entender; no son de Murcia, porque hablan gallego, lo que hace más inexplicable su cabreo, y parece que se traen algo entre manos para el próximo domingo, día 19, festividad de san Aquilino. Don Manuel ha aparecido antes en varias noticias normales, inaugurando un hospital, varios hectómetros de carretera y entregando el Grelo de Oro a don Francisco Cacharro Pardo, que es el que manda en Lugo. Loyola de Palacio promete más cuota láctea; Javier Arenas, 600.000 millones; Francisco Álvarez Cascos, 201.000 millones; y Aznar recibe a Amancio en La Moncloa. ¿Por qué estarán tan cabreados estos otros dos señores?

Los informativos nunca abren con la campaña electoral. Al lado de las fiestas de san Froilán, las elecciones parecen una inevitable borrasca otoñal que viene a perturbar la pax fraguiana. Nadie se explicaría que la televisión gallega renunciase a transmitir un Celta-Deportivo. Pero el gran servicio en versión política, el derby electoral entre los candidatos, no tendrá lugar. Sería descabellado culpar al medio. Fue una decisión del poder. Acertadamente para él, Fraga ha conseguido hacer pivotar la campaña sobre su estrategia básica: no hay alternativa.

La televisión de Galicia fue un buen invento. Sería impensable la supervivencia de una cultura y de una lengua sin instrumentos mediáticos. Algunos la acogieron con desprecio y acuñaron el término de telegaita. Les causaba hilaridad que Bogart o Jerónimo hablasen gallego en las películas, como si Humphrey y el jefe indio fuesen castellanohablantes de toda la vida. En torno a la TVG ha ido floreciendo una industria audiovisual. Y buenos profesionales y técnicos. De aquí salió en gran parte el mejor equipo de transmisiones deportivas, los llamados panaderos de Canal +. Los actuales directivos parecen estar esforzándose más que López Amor para que les cuadren las cuentas. Lo que daña totalmente su credibilidad informativa es la intervención de los niños grandes del poder autonómico jugando a Street fighter. Podrían reaccionar como el honrado escribiente de Melville: "Lo siento, señor, preferiría no hacerlo". Eso fue lo que hizo el delegado de RNE en Ourense. Ahora está en el paro.

Me da la impresión de que los profesionales de la TVG desearían que de estas elecciones se encargase la CNN. Por eso informan al final y entre paréntesis. Como si se celebrasen en el Tíbet.

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