Críticas al PRI por primar a los suyos en el reparto de la ayuda en Acapulco

El paso del huracán Paulina por la costa oeste de México no sólo ha dejado decenas de cadáveres y de desaparecidos y cuantiosos daños materiales: ha levantado también una oleada de críticas contra el Gobierno federal. Se le acusa de no prever la magnitud de la catástrofe y de fallar ahora en las labores de socorro. Desde la oposición y desde las barriadas marginales de Acapulco se acusa a los dirigentes locales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de primar las áreas en las que se concentran sus simpatizantes. El auxilio federal no está disponible para todos.

Estas barriadas exigen alimentos, materiales de construcción, mantas y, sobre todo, agua. A cinco días del paso devastador del Paulina, los caseríos marginales levantados en la parte alta siguen siendo los más afectados.

El ministro mexicano de Desarrollo Social, Carlos Rojas, admitió que la situación es "cada vez más críticas", sobre todo por la falta de agua, ya que están llegando al puerto cada día alrededor de 400.000 litros, pero la demanda normal es de cuatro millones de litros. En una operación especial de asistencia, el Gobierno ha enviado camiones cargados de bidones. El agua es custodiada como oro por marinos armados.

Las cifras oficiales de víctimas fatales son muy distantes de las que maneja la prensa y organizaciones sociales. Rojas sostiene que en el Estado de Guerrero los forenses han certificado el fallecimiento de 130 personas, en tanto que se mantiene la cifra de desaparecidos entre 40 y 50, mientras que en Oaxaca las víctimas fatales son 47 y se desconoce el paradero de 70. Otros dicen que en realidad han muerto cerca de 400 personas.