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ELECCIONES EN GALICIA

Luces y sombrasel nacionalismo gallego

El BNG ha evolucionado desde el comunismo y el independentismo hacia la socialdemocracia

El Bloque Nacionalista Galego (BNG) constituye un caso insólito en el panorama español. Todo parte de que Galicia no ha tenido burguesía nacionalista como Cataluña o el País Vasco. Así, su nacionalismo surge vinculado a la izquierda. Con base comunista y brotes independentistas, el BNG ha evolucionado hacia la socialdemocracia acogiendo a diversas formaciones, incluida la derecha del Partido Nacionalista Galego (PNG). Es el último episodio del talante integrador que aplica desde hace un decenio como esa "encarnación del pueblo gallego en marcha" que, en palabras de su líder, Xosé Manuel Beiras, quiere ser.El BNG tiene su origen remoto en los años 70. La comunista Unión do Pobo Galego (UPG) y el Partido Socialista (PSG) ensayan reorganizar el nacionalismo en un frente "de liberación nacional". El PSG lo abandonará poco después y UPG será su músculo hasta hoy. La rigidez comunista de esta formación, que aporta el mayor número de cuadros, ha alentado las mayores suspicacias y acusaciones. "No parece nada del otro mundo que la UPG aporte más cuadros: está ahí desde hace 20 años y tiene más experiencia", aduce, sin embargo, un portavoz; y la rigidez es una falacia interesada, ya que, de hecho, ha sido el motor de la apertura del BNG".

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El BNG no se dio cuartel en los 80: contra la OTAN o el desmantelamiento industrial y a favor del ecologismo o de la legitimidad de la herencia de Castelao, patriarca del galleguismo muerto en el exilio y de cuya figura pretendía apropiarse el PP -ahora, para subrayar el contraste, se evoca la orden de Manuel Fraga, como ministro de Información y Turismo, (le retirarle una calle en As Pontes.

El BNG se fundó en 1982 y, de seguido, el PSG lo dejó. Los recios planteamientos políticos le merecieron 50.000 votos en las elecciones locales de 1983. Pero sus tres diputados fueron expulsados del Parlamento por negarse a acatar con efecto retroactivo -llevaban tres años en el ejercicio de sus funciones-, la Constitución. Era la travesía del desierto.

En 1985 el BNG ya llevó a, Beiras como cabeza de cartel, pero apenas superó esos 50.000 votos. Se detectó el peligro de la marginalización y se rectificó: se acató la Constitución. Ello engendró al Partido Comunista de Liberación Nacional, expulsado en 1987 por apoyar a HB.

Fue en la III Asamblea Nacional, en Carballiño (Ourense), en 1987, cuando la organización se proyectó como un frente amplio. Propuso a otros grupos una candidatura unitaria para los comicios europeos, pero no venció sus reticencias.

En 1989 consiguió formar grupo propio en la Cámara gallega con 105.000 votos y cinco diputados. En esa legislatura Beiras dio, como Jruschov en la ONU, un zapatazo de gran impacto mediático en protesta contra la primera reforma del reglamento parlamentario impuesta por la Xunta de Fraga y el PP. Otro estrechamiento en esa norma, en la última legislatura, le valió la expulsión del Parlamento, desautorizada por el Tribunal Constitucional.

El BNG ha ido integrando el nacionalismo socialdemócrata, al PNG por la derecha y a Esquerda Nacionalista (EN) por la izquierda. También, al colectivo Inzar, que, a su vez, aglutinaba en Galicia al movimiento comunista y a la Liga Comunista Revolucionaria. Unidade Galega (antiguo Partido Socialista Galego-Esquerda Galega) completó en 1994 este proceso de convergencia del nacionalismo, que, en todo momento, ha mostrado una especial sensibilidad ecologista y se ha implantado de modo hegemónico en el sindicalismo agrario. También alentó la Confederación Intersindical Galega, ya situada como la primera central de Galicia. De ahí también le llegan votos al BNG.

No hay manera, sin embargo, de conocer la aportación de militantes de cada una de esas siglas al BNG. La organización los mantiene oficialmente en la penumbra. El grueso de los aproximadamente 4.500 con que cuenta en la actualidad son independientes, según aseguran fuentes oficiosas. Todos están representados en el Consello Nacional y en la Comisión Permanente. Sus sesiones acostumbran a prolongarse días completos, por la minuciosidad de los debates y pese a que apenas caben discrepancias: el rigor de las reglas internas de funcionamiento y los objetivos son los mismos para todos. Y la política de oposición al PP, sin fisuras, relega y silencia las posibles disidencias.

Beiras fue elegido en 1995 portavoz nacional del BNG. Su carisma desborda con creces el ámbito de la organización. Para bien y para mal, es el rostro del BNG. En Esquerda Nacionalista, su partido, no ostenta ningún cargo, quizás para atajar fallos de ecuanimidad. Y también todos han aceptado, sin discusiones de importancia, el mayor peso de la UPG en los puestos de salida de las listas electorales, que abren sitio a EN, Inzar, colectivo socialista y PNG.

En los comicios autonómicos de 1993 el BNG obtuvo 270.000 votos y 13 diputados. Fue su gran salto, que espera superar en éstos. En los generales de 1996, con 220.000, consiguió dos actas de diputado que han llevado, pues, al nacionalismo gallego a las Cortes españolas por primera vez desde la II República. El perfil de sus electores no deja lugar a dudas: los más jóvenes y los que tienen un mayor nivel de estudios.

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