Suecia rechaza entrar en el euro desde el inicio por temor al paro
El Gobierno sueco decidió ayer proponer al Parlamento que el país no ingrese en la moneda única, cuya puesta en marcha está prevista para el 1 de enero de 1999. Esta decisión no excluye que "las puertas queden abiertas" para, un ingreso posterior ya que la economía sueca cumple los requisitos de convergencia exigidos por el Tratado de Maastricht para participar en la moneda única.La posición del Gobierno se fundamenta en el hecho de que no existe el suficiente apoyo popular a la iniciativa. De hecho, los suecos atribuyen el alto índice de paro resultante de las medidas de ajuste aplicadas durante estos últimos tres años a su pertenencia a la Unión Europea.
Sucesivos sondeos de opinión han puesto en evidencia que si bien el rechazo a una participación en la moneda única ha disminuido, continúa siendo ampliamente mayoritario en una relación aproximada de 50% contra 30%. El Gobierno no descarta convocar elecciones extraordinarias o un plebiscito para zanjar la cuestión, solución esta última que no cuenta con el apoyo unánime de las fuerzas políticas.
Perder influencia
El Ejecutivo admite que la exclusión de Suecia del euro desde su constitución significará con toda probabilidad una disminución de la influencia del país nórdico en el conjunto de la Unión Europea, pero considera que es un precio que vale la pena pagar.
El mayor partido de oposición, el Conservador, que tiene una actitud más favorable a la moneda única pero que tampoco tiene unanimidad sobre el tema entre sus bases, manifestó ayer a través de uno de sus dirigentes que en el caso de un eventual cambio de Gobierno que lo llevará a encabezar una coalición de centro derecha, no impulsará el ingreso si la socialdemocracia no acompaña la decisión.
Con todo, el primer ministro, Goran Persson, se enfrenta una situación delicada sobre este tema con un partido muy dividido al respecto. Dentro de un año habrá elecciones generales y aunque los socialdemócratas han recuperado su posición de mayor partido, están muy emparejados con los conservadores en los sondeos de opinión y en franca minoría cuando se trata de la candidatura a cargo de primer ministro para la que es superado con amplitud por el conservador Carl Bildt. Estos factores explican la cautela del Gobierno con relación al euro.
En cuanto a la posición negativa del pueblo sueco, que ha entregado recientemente cerca de 400.000 firmas al Parlamento exigiendo un referéndum sobre la pertenencia a la Unión, cabe señalar que la responsabilidad no es sólo del partido gobernante. Todos los grupos políticos que hicieron la campaña por el sí durante el plebiscito de 1994, que decidió por escaso margen el ingreso a la UE, pintaron un cuadro sobre las bondades de dicho ingreso que la realidad no convalidó.
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