Los socialistas creen que Guerreiro da credibilidad a su candidatura
Anxo Guerreiro, responsable de Esquerda Unida-Esquerda Galega (EU-EG), es ahora un valor o incluso en quienes miraron desde el principio con recelo su presencia en las listas gallegas del PSOE. La presencia de Guerreiro en la candidatura "nos da credibilidad a los socialistas y ayuda, de paso, a acabar con la idea de que es imposible la unión de la izquierda" confiesan en medios socialistas.
Fue una decisión tormentosa y difícil. Por un lado y por otro. Mientras Guerreiro arriesgó -y perdió- su permanencia en Izquierda, Unida (IU), los socialistas cedieron al menos dos puestos en su candidatura con el más que lógico disgusto de quienes se veían relegados a puestos que difícilmente saldrán elegidos.Ahora, cuando la campana gallega empieza a coger pulso, los socialistas reconocen que es Guerreiro quien ha conseguido dar carisma a una candidatura un tanto plana. Y afirman que alguno de quienes renunciaron a encabezarla daría ahora cualquier cosa para estar en ella. En política nada hay seguro. Y el futuro, además, resulta siempre muy corto. Pero lo cierto es que todos están convencidos de que la coalición de los socialistas con Os Verdes y con EU-EG beneficiará a todos. A los socialistas porque aunque las encuestas les dan prácticamente un estancamiento con tendencia a la subida, la presencia de sus dos socios es para muchos la mejor garantía de que no se despeñarán voto abajo. A Os Verdes y a EU-EG porque sólo así pueden obtener unos escaños que de otra manera tendrían difícil.
El más beneficiado es probablemente Guerreiro. El líder de EU-EG conseguirá, sino se tuercen las cosas, dos escaños. Y si, como parece probable, Manuel Fraga consigue la mayoría se irá Con ellos al Grupo Mixto. Puede parecer poco, pero para alguien que ha estado apartado de la política larguísimos años volver a ella, volver a hacer política desde el Parlamento, es un auténtico sueño.
Esa fue la razón de que Anxo Guerreiro se empeñara en hablar con Francisco Vázquez hace ya un año y que, a pesar de las largas que le iba dando el dirigente socialista, buscara el acercamiento a través de otros políticos gallegos.
La insistencia puede ser una virtud o un pecado y, en consecuencia, tener premio o castigo. En este caso, tuvo su premio cuando Felipe González no sólo autorizó sino que alentó la coalición gallega. Y fue el propio González quien estuvo a punto de hacerla imposible cuando antes de que Guerreiro buscara la bendición de Anguita él se la contó al grupo No nos Resignamos cuando le visitaron en Gobelas en el invierno pasado.
Ahora, un año después, tampoco es descabellado para algunos que a Felipe González no le importara que la operación se supiera como forma de evitar la presencia como socio de Julio Anguita, aunque fuera en unas elecciones como las gallegas.
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