La policía controló a los 'ultras'

"¡Vamos a cortar la calle con dos cojones!", arengó a sus colegas uno de los ultraderechistas concentrados ayer en las cercanías del Tribunal Supremo. Nada más lanzar la proclama, y al ver que sus compañeros no se movían y que quien sí lo hacía era la policía, pero a por él, el aguerrido patriota echó a correr calle abajo. Dos agentes le dieron alcance, lo esposaron y lo metieron en un furgón. Entonces, los ultraderechistas, que durante toda la mañana gritaron contra HB y ETA, cambiaron el destino de su discurso y cantaron con la misma convicción: ¡Policía, asesina!."La paciencia se vistió ayer de azul en el centro de Madrid. Varias decenas de agentes de la Unidad de Intervención Policial (antidisturbios) emplearon toda la mañana en evitar que los ultras -un centenar más o menos- llegaran a la puerta del Supremo, donde se encontraban los dirigentes de HB. A veces lo intentaban por la calle Génova, y allí que iba la policía a cortarles el paso; a veces, por Bárbara de Braganza, y se repetía la misma canción. Cuando los radicales se cansaron de jugar al ratón y al gato, la emprendieron a golpes e insultos contra, por este orden, periodistas, un mensajero y varios agentes de la policía.También se dedicaron a pintar las paredes y lanzar panfletos donde se pedía la pena de muerte y la consabida rima "España una y no cincuenta y una".Una de las consignas más coreadas fue: "Todos somos Ricardo Sáenz de Ynestrillas!". Se referían al cabecilla de la extrema derecha, detenido por la Guardia Civil tras disparar presuntamente contra un traficante de cocaína que no le quería dejar fiada droga. Uno de sus hermanos, Martín, y otro joven resultaron contusionados.
En el paseo de Recoletos quedaron plantadas varios cientos de pequeñas cruces, una por cada víctima de ETA.
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