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Entrevista:

"Estoy en contra de identificar Euskadi y Cataluña con un partido"

Se le nota que le encantaría seguir de ministro, en Madrid. Pero se le ve mentalizado para bajar de nuevo a la arena electoral, en Andalucía.Pregunta. ¿Le gustaría que su futuro político estuviera anclado definitivamente en Madrid?

Respuesta. Mi casa está en Andalucía, mi vida está en Andalucía, y siempre estaré en Madrid de tránsito. En Madrid tengo cepillo de dientes, peine, una muda limpia... Siempre que pienso en el futuro, político y vital, me veo en Andalucía.

P. ¿Prefiere volver a ser candídato a la presidencia de la Junta de Andalucía que terminar su mandato, de cuatro años, como ministro de Trabajo?

R. Igual que se es ministro se deja de serlo. Me gustaría acabar la tarea que hemos empezado, pero no supondría ningún menoscabo ser candidato a la presidencia de la Junta y, desde luego, lo aceptaría con orgullo si me lo propusiera Aznar.

P. Usted consiguió, tras un gran esfuerzo, colocar como dirigentes del PP en Andalucía a personas de su confianza. ¿Percibe que alguien está trabajando para hacer girar esas lealtades hacia otros dirigentes del PP y dejarle a usted sin un poder propio, con un poder meramente delegado?

R. El partido se ha transformado en tres años en Andalucía. Hoy gobierna en 150 ayuntamientos, en todas las capitales de provincia, en dos diputaciones... Pero, sobre todo, es muy leal al proyecto y a José María Aznar. Sé que se ha dicho que Álvarez Cascos estaba haciendo movimientos, pero me consta que es falso.

P. ¿No le da miedo perder por tercera vez unas elecciones en Andalucía y acabar en la unidad de quemados intensivos?

R. En la política, como en la vida, de donde más se aprende es de las derrotas. Yo he hecho mucha autocrítica de la derrota de las últimas elecciones autonómicas. Si soy candidato de nuevo, de lo que estoy seguro es de que no acabaré en la UVI, porque estoy muy preparado para la derrota. Otra cosa es que creo que uno no debe aspirar más de tres veces a la presidencia de la Junta.

P. Después de haber visto en Andalucía cómo Izquierda Unida se desmoronaba electoralmente, en beneficio del PSOE, después de haber ido del brazo con ustedes, ¿no teme que pueda suceder lo mismo con Anguita en las próximas elecciones generales?

R. Si el resultado de IU en 1994 no hubiera sido excelente, no habría motivo para decir que el de 1996 fue malo. Tampoco comparto lo de ir del brazo. Lo que hicimos fue terminar con muchos tópicos, porque demostramos que el PP podía hablar con Izquierda Unida como lo hace con el PSOE, o con CiU. La explicación de lo que menciona está en que una franja de votantes no entendió que IU no apoyase al PSOE en determinados momentos.

P. ¿Y cree que esos votantes, no sólo en Andalucía, entienden que Izquierda Unida apuntale al Gobierno del PP?

R. Creo que se entiende que en algunos puntos haya diálogo y posibles acuerdos. Lo que no se entendería es que hubiera alianzas estables. Y eso no se le pasa a nadie por la cabeza.

P. ¿Cómo lleva un dirigente popular andaluz y ministro de un Gobierno apoyado por los nacionalistas catalanes que el mayor rechazo a Cataluña se de en Andalucía y en el electorado del PP?

R. Con mucha dignidad. Creo que en Andalucía se entiende que, con el resultado de las elecciones, la única alternativa que teníamos para gobernar es la que hemos construido. Otra cosa es que desde Andalucía, que nunca ha concebido su futuro sin España, no se entienda ciertas afirmaciones hechas desde el nacionalismo.

P. Xabier Arzalluz, en Zarautz, hace una semana: "Iremos a negociar, pactaremos y daremos el apoyo. Pero aquí mandamos nosotros". Lo dijo en el Día del PNV.

R. Estoy en contra de ese tipo de afirmaciones porque ningún partido puede patrimonializar una tierra. Identificar a Andalucía con un partido es un error, igual que lo es identificar el País Vasco o Cataluña con un partido. En una democracia, es muy positivo que influyan muchos y que manden muchos. Lo bueno de un Gobierno que no tiene mayoría suficiente es que no cabe la arrogancia ni la prepotencia.

P. Si no es arrogancia ni prepotencia, ¿cómo le llama usted a que el Gobierno haya sostenido, hasta que ha visto que iba a intervenir el ,Tribunal de Justicia europeo, una ley del fútbol tan imparcial y favorecedora de la libertad que la Comisión Europea ha instado su rectificación?

R. Esa ley no es del Gobierno, es del Parlamento...

P. Es una iniciativa del Gobierno, que además ha merecido mucha dedicación y empeño del vicepresidente primero...

R. Es una ley propuesta por el Gobierno, pero que no la ha sacado adelante en solitario, sino con el apoyo de otras fuerzas en el Parlamento. ¿Ha sido una ley controvertida? Ciertamente. Pero no debemos alarmamos por que haya habido una discusión con la Comisión Europea. Hay multitud de precedentes con Gobiernos anteriores. Y no se puede hablar de arrogancia, porque el Gobierno ha propuesto modificaciones satisfactorias para la UE.

P. ¿No le preocupa que toda la apariencia de que defendían el interés general y el "derecho de los pensionistas, jubilados y desempleados" para ver fútbol gratis por televisión se haya venido abajo en un minuto cuando TVE ofreció a Vía Digital el Real Madrid-Oporto para darlo en pago por visión?

R. Lo que le puedo decir es que la ley que el Gobierno ha defendído en base al interés general no está hecha para que la tengan que cumplir algunos, sino todos. Si en algún momento TVE o Vía Digital no actúan conforme a esa ley, el Gobierno tomará las medidas que la ley permite.

P. Si dependiera de usted el secretario de Estado que encargó el dictamen utilizado para presentar en el juzgado la denuncia contra Sogecable, ¿le destituiría o le respaldaría?

R. En un Gobierno nadie puede destinar una peseta del Tesoro público para cuestiones que no estén vinculadas con el interés general.

P. Si no hubiera sido pagado, aunque sí encargado, ¿sería correcto?

R. Tampoco sería correcto. En el Gobierno se está para ir a favor de los intereses generales, no para ir en contra de nadie.

P. Cuando el juez Garzón apuntó que el juez Gómez de Liaño podría estar implicado en una trama para dañar, entre otros, al Grupo PRISA, el presidente del Gobierno consideró el asunto una anécdota. ¿Usted cree que el, Supremo pierde su tiempo investigando "anécdotas"?

R. Los políticos haríamos una gran contribución si no opináramos sobre los jueces ni sobre sus decisiones.

P. Un juez, Gómez de Liaño, sí ha opinado que la justicia es "genuflexa, lacaya y servil", tras haber visto que Felipe González entraba al Tribunal Supremo por la puerta principal cuando fue a declarar en el juicio de Filesa.

R. Me gustaría muchísimo que los jueces no tuvieran protagonismo ante la opinión pública con valoraciones de decisiones políticas. Políticos y jueces deberíamos autolimitamos. Eso prestaría un gran servicio al crédito de la justicia y al de quienes nos dedicamos a la cosa pública.

P. El 54% de los españoles, según una reciente encuesta de La Vanguardia, cree que el PP hace un uso partidista de la indignación social contra ETA. ¿Tantos ciudadanos pueden compartir una visión errónea, sin que haya algo de acertado?

R. Lo que he percibido en las calles del País Vasco es totalmente distinto a lo que opinan esos encuestados. Creo que en la calle hay una percepción de que los partidos están cada día más cerca en sus posturas contra el terrorismo. Y hay un clamor para que los grupos políticos no nos tratemos como a enemigos -los únicos enemigos son los de la pistola-, sino como adversarios que competimos en las umas pero conipartimos las reglas de juego de la democracia. Desde luego, me niego a aceptar eso de que el PP ha hecho una utilización partidista de la indignación social que producen los atentados de ETA.

P. ¿Cómo va a afrontar el Gobierno el problema de que la reforma laboral favorece la contratación de jóvenes pero también el despido de personas mayores de 55 años, que dejan de cotizar a la Seguridad Social y pasan a recibir jubilaciones anticipadas?R. La reforma laboral ha sido, en estos cuatro meses, un éxito. Y los grandes beneficiarios han sido el conjunto de los trabajadores, porque ha habido un incrementó espectacular de contratos indefinidos. Más de 100.000 de esos contratos han sido para jóvenes menores de 25 años. A mí me preocupan hoy más los parados de más de 45 años, porque son más difíciles de emplear y además tienen a su cargo responsabilidades familiares. Por eso vamos a poner en marcha, a partir del año que viene, un plan específico para parados mayores de 45 años. Y hay otro problema: la edad media de jubilación real es de 62 años, y nuestro sistema de Seguridad Social necesita cotizantes. Queremos eslimular con incentivos fiscales, con incentivos sobre las cotizaciones sociales, el que personas de 65 años opten voluntariamente por mantenerse en la actividad laboral. Queremos lograr un consenso antes de sacar la ley.

P. ¿Cómo piensa retener el Gobierno los ingresos procedentes del Fondo Social Europeo cuando le digan que España ya no les merece puesto que cumple los requisitos de la unión económica?

R. No se nos puede decir que por haber hecho los deberes tenemos que dejar de recibir fondos necesarios para España. Es una contradicción...

P. ...Que ustedes no tuvieron en cuenta cuando llamaron "pedigüeño" al Gobierno anterior por reclamar esas ayudas.

R. Era imposible tenerlo en cuenta porque en ese momento España no cumplía los requisitos de convergencia. Hoy, España sigue necesitando del Fondo Social Europeo porque su dinero está sirviendo para formación profesional, para desarrollo local y para aumentar la igualdad de oportunidades en la mujer.

P. ¿Por qué se opone al traspaso a Euskadi de la cuota de formación profesional del Inem?

R. Son cuotas que están asimiladas al sistema de Seguridad Social, que están vinculadas a un sistema solidario con el conjunto de los desempleados y de los planes de empresa, y no queremos quebrar ese sistema solidario.

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