Tormento
Quisiera denunciar el desconocido ingrediente del tormento de, la lidia al que son sometidos los novillos con los que se practica en la Escuela de Tauromaquia de Madrid, y que hemos podido presenciar como inspectores de la. Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA), en los meses de agosto y septiembre. El 30 de agosto, fecha en que se celebró una semifinal, observamos que mientras el puntillero realizaba la tarea de acuchillar a los novillos en la nuca, la interrumpía, les cortaba las orejas como trofeo ¡mientras éstos permanecían aún vivos!, entre angustiosos mugidos mientras se retorcían de dolor durante su larga agonía, y proseguía luego con el inacabado apuntillamiento. Regresamos el 4 de septiembre, fecha de la grandiosa final, para ver si ésta era la tónica habitual. Pudimos comprobar que, al cortar los apéndices-trofeos, que en esta ocasión incluían dos rabos, se utilizó el mismo atroz procedimiento: el, puntillero interrumpió su labor de ir destrozando la nuca, ¡cortó orejas y rabos mientras los novillos estaban aún vivos!, con el dolor que conlleva la amputación en vivo de tan sensibles apéndices, y luego los remató. ¿Creía el alcalde Álvarez del Manzano que tal iniquidad iba a quedar escondida para siempre entre los muros de su escuelamatadero? Es más, ¿sería por algún motivo relacionado con esto que la Federación Nacional Taurina de España elevó en su día una protesta para que, en las retransmisiones de corridas de toros, no se ofrecieran primeros planos del descabello, es decir, de los repetidos intentos de cortarles la médula espinal?- Vicepresidente de ANDA
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