El FIS pide una tregua, una amnistía general y una conferencia de reconciliación en Argelia
El Frente Islámico de Salvación (FIS) argelino ha optado por la vía del diálogo y la reconciliación nacional para acabar con la sangría en su país. El comité ejecutivo de la organización en el exterior difundió ayer en Bonn un comunicado que pide una tregua "incluso a modo unilateral" y propone "una amnistía general para todos los que han tomado las armas, la derogación del Estado de emergencia y la restauración de las libertades". Asimismo, preconiza una conferencia nacional de reconciliación que reúna las instituciones del Estado, el FIS y todas las fuerzas sin exclusión".
La declaración, fechada el viernes pasado, apoya el llamamiento a un cese el fuego que el Ejército Islámico de Salvación (EIS) -brazo armado del FIS- hizo cinco días antes, aunque el Ejecutivo islamista va más allá, al apoyar implícitamente las repetidas peticiones de los firmantes del Acuerdo de Roma -el sector reformista del Frente de Liberación Nacional (FLN) y el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), principalmente-, que exigen una solución política global".En una entrevista publicada el jueves por el rotativo Liberté de Argel, el primer secretario del FFS, Ahmed Yedai, llamaba a "abrir un diálogo con todas las fuerzas que tienen peso en la sociedad".
En el campo de los apuestos a todo diálogo y reconciliación, el Grupo Islámico Armado (GIA), la formación extremista a la que se atribuye la autoría de las acciones más sangrientas cometidas en los últimos meses, parece estar sufriendo los efectos de una crisis interna de liderazgo, agudizada desde que las negociaciones entre el Ejército argelino y el FIS-EIS entraron en la fase última culminada por la llamada al cese de las hostilidades a partir del 1 de octubre.
Comunicado del GIA
Tratando de responder a la situación actual, el GIA ha emitido un comunicado que lleva la firma del emir Antar Zuabri, dado por muerto este verano en una operación del Ejército en el triángulo de la muerte, pero cuyo cadáver nunca fue expuesto. Diversos comunicados del GIA dieron la noticia por falsa, pero Zuabri nunca volvió a reaparecer. La declaración del GIA reivindica las últimas matanzas de civiles y promete que éstas continuarán. "El GIA considera impíos a los tiranos [alusión al régimen militar], a sus parientes y partidarios", a los que promete asesinar. "El mundo debe saber que las matanzas, incendios, secuestros y traslados de población son una ofrenda a Dios". El GIA profiere además amenazas a Francia, acusada de sostener "política, económica y militarmente" al régimen de Argel, y contra la Organización de las Naciones Unidas, "dirigida por los malditos judíos, América y sus aliados impotentes".
Mustafá Kamil, representante del GIA en Londres y responsable del boletín clandestino Al Ansar, que el grupo utiliza para difundir sus comunicados, ha expresado dudas sobre la paternidad de la declaración atribuida a Zuabri. Si bien Kamil reclama el derecho a continuar la Guerra Santa "hasta el triunfo del Estado islámico", se abstiene de abundar en la legitimidad de asesinar a niños y mujeres inocentes. Mustafá Kamil confirma que el comunicado del GIA "ha venido del interior del país", pero no sabe de quién.
Enemigos del islam
Otros sectores del conglomerado del GIA parecen en cambio distanciarse cada vez más de los autores de las matanzas de civiles. Abu Zuail Jaled, un emir que opera en los alrededores de Argel, ha hecho llegar un comunicado al periódico Al Hayat, en el que achaca a los "enemigos del Islam" las matanzas recientes.
La última de ellas, la cometida en la localidad de Bentalha en la que unas 250 personas fueron asesinadas, se ha atribuido al grupo Los Fieles del Juramento, uno de los componentes del GIA. Tres terroristas disfrazados con uniformes de policía y que presumiblemente pertenecían a este grupo, fueron abatidos el viernes pasado en la periferia de Argel. Otro medio centenar lo ha sido en la región de Tiaret, en el oeste argelino, donde el Ejército argelino ha lanzado en los últimos días una vasta operación de rastreo.
La violencia no ha cesado, aunque parece haberse hecho más selectiva. Ocho civiles fueron degollados el miércoles en la región de Tipaza, a un centenar de kilómetros de Argel, y en los mismos días estallaron dos artefactos en la región de Blida, causando tres muertos y una veintena de heridos. Pese a ello, la luz de una cierta esperanza comienza a abrirse camino.
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