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Rosana en las alturas

La cantante canaria congregró en Las Ventas a 18.000 espectadores, que resistieron impasibles la tormenta

Ni el fuerte aguacero consiguió ahuyentar a las 18.000 personas que ansiaban ver a Rosana en directo. Con sólo un disco en el mercado, del que se han vendido casi millón y medio de copias, Rosana ha llegado al corazón de las gentes con canciones hechas a medida para espíritus sensibles de todo tipo y condición.Anoche, la lluvia arreciaba con furia pero el respetable no se movía. Daba la impresión de que la gente quería mojarse arrullada por la sutil sensualidad de la artista canaria, por el talento con corazón.

Para escampar, salió de telonero Carlos Domenech, en plena vorágine del aguacero. Y cantó, precisamente, Sin agua, un tema de la propia Rosana. Y la peña, la basca, el pueblo se lanzó al ruedo armado de paraguas y chubasqueros. A la Armada Invencible la arruinó un temporal. Con Rosana, los elementos se pusieron cachondos, benévolos incluso. Aquello no parecía lluvia, sino maná cocinado con extremo talento.

Y la imparable artista fue desgranando las canciones de su multimillonario Lunas rotas, uno de los eventos más sorprendentes de toda la historia de la música popular hispana. Abrió fuego con otra canción acuosa Bajos charcos de amor. Y aquí comenzó el baile. Porque Rosana combina magistralmente los ritmos para menear el cuerpo y las melodías para los jardines del alma.

Y así, entre mojadas emociones, fue interpretando Furia de color, Bebes de mí, Deray, Dunas de poemas, Lunas rotas, en versión bolero, El talismán, A fuego lento, Así son las cosas... Hubo de realizar dos bises a pesar de la mojadura suprema. En el primero cantó Si tú no estás y Besos. El colofón fue un instrumental de Salsalinas y una versión clamorosa de Lunas rotas, en esta ocasión por rumba.

Hace bien poco, Rosana cantaba por los baretos de Madrid y fue dejando atónitos a los públicos de forma personalizada, casi digital. El boom no se lo explican ni los que lo montaron.

Pero hay que reconocer que un bombazo de este calibre es fruto de una calidad al alcance del gran público y de las minorías. Y también de un lanzamiento planteado con cariño e inteligencia. No siempre las multinacionales son enemigos de los artistas. Todo depende de las personas, como es el caso. Rosana ha realizado durante este verano una gira en la que ha llenado plazas de toros, campos de fútbol, teatros y, principalmente, el corazón de las masas. La gente tiene necesidad de ternura y de inteligencia. Y cuando se dice gente, se quiere decir a todos, incluida la intelectualidad. Alguien que hace llorar de emoción a Maruja Torres está en condiciones de conmover a la mismísima estatua de la Libertad.

Rosana transmite sosiego y cierto cosquilleo interno muy parecido a la alegría de vivir. No monta coreografías especiales. Sin embargo, este detalle debiera ser estudiado. La canaria, en directo, puede ser todavía más espectacular si acicala sus movimientos escénicos bajo la mirada de un experto, que los hay, y muy buenos.

Hay que citar necesariamente a cada uno de los músicos, porque se lo montaron muy guapo. Carlos Domenech (coros), Javier Portugués (teclados), Gino Pavone (percusión), Angle Bao (batería), José Luis Nodar (bajo), Pedro Andrea (guitarra) y Juan Cerro (guitarra).

Nuevo disco

Rosana ya prepara con mimo su próximo y comprometido trabajo. ¡Rosana en las alturas! ¡Bendita la que viene en nombre del amor! Y la lluvia se asustó y sólo incordió ya pudorosamente en algunos momentos. Pudo más el ritmo, el movimiento de caderas, la gozada de esa chica canaria y esa paz un tanto melancólica que transmite a todo el mundo.

Al final, chispeaba por la calle de Alcalá, pero la noche se llenó de lunas rotas. Y la gente, feliz. Esta chica tiene trato con los elementos. El montaje de Las Ventas y de toda la gira, producido por José Santos, ha sido muy potente: 100.000 vatios. Es, además, la primera vez que se colocan los altavoces a 10 metros de altura en el coso madrileño, con lo cual se ha ganado notablemente en sonido. No se ve ni un cable. Todo el escenario está cuajado de tierra volcánica que oculta las tripas del tinglado.

La gira terminará en Canarias el 11 de octubre. Una gira en la que han colaborado 42 personas fijas y otras 60 eventuales en cada localidad. La iluminación se ha hecho con el sistema VR6, lo más avanzado hasta el momento. Antes de meterse de nuevo al estudio de grabación, Rosana hará una gira por Italia y tres semanas por Latinoamérica. En el MIDEM, celebrado recientemente en Miami, Rosana, sin estar presente, fue centro de negociaciones, contratos e intercambios a corto, medio y largo plazo. Bien merece un descanso para no desfallecer. La necesitamos.

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