Vietnam da paso a una nueva generación y elige a un reformista como presidente

Tran Duc Luong, de 60 años, y hasta ahora viceprimer ministro de Vietnam, fue elegido por los diputados de este país como _presidente de la República para los próximos cinco años. El nombramiento, recomendado por el Comité Central del Partido Comunista Vietnamita (PCV), fue refrendado por la casi totalidad de los representantes parlamentarios (97.78%), elegidos recientemente.La llegada al poder de Luong, considerado por los analistas políticos como una de las personas que han encaminado el proceso de las reformas económicas, significa el paso adelante de una nueva generación de políticos que aspiran a suceder a la vieja guardia comunista. El anterior jefe de Estado, el Casi. octogenario (77) general Le Duc Anh, había mostrado durante las anteriores elecciones su deseo de no continuar a la cabeza del Estado debido a serios problemas de salud producidos tras un ataque cerebral el pasado mes de noviembre.

Pese a la recomendación del Partido Comunista, la elección de Luong sorprendió a los observadores, porque en un principio no contaba a la hora de las previsiones iniciales. Algunas fuentes políticas manifestaron además que hoy jueves los diputados vietnamitas podrían nombrar a otro reformista, Phan Van Khai, de 63 años, para el cargo de primer ministro en. sustitución de Vo Van Kiet, lo que supondría un paso más hacia la transformación económica y política del país.

Triunvirato más joven

Con estos dos nombramientos -el de jefe de Estado y el de primer ministro- el triunvirato dirigente, compuesto además por el secretario general del Partido Comunista Vietnamita (PCV), Do Muoi, adopta un aire predominantemente reformista, aunque con el freno previsible del Partido Comunista. Según los' expertos económicos, el rejuvenecimiento de los dirigentes es necesario para dar un nuevo impulso al proceso de reformas económicas y políticas iniciado en los años 80, y que en los últimos años venía ralentizándose.

El nuevo jefe de Estado viene avalado por una imagen de "limpio" en un país donde la corrupción se ha convertido en endémica y empieza a provocar graves agitaciones en las provincias.

Además del nombramiento del jefe de Estado y del nuevo primer ministro, el Parlamento vietnamita deberá elegir un nuevo vicepresidente, cargo honorífico hasta ahora ostentado por la francófona Nguyen Thi Binh, que casi con toda seguridad continuará en el cargo.

Con este nuevo nombramiento, la jerarquía gobernante deberá soportar previsibles cambios encaminados a fagocitar el extenso sistema público, herencia del sistema comunista, y potenciar la adecuación económica a las leyes de mercado.