Fracasa la fuga en helicóptero de un colombiano en Holanda
El intento de fuga que sorprendió ayer a las autoridades holandesas estuvo a la altura de los guiones norteamericanos más elaborados. Hacia las diez de la mañana, un helicóptero logró aproximarse sin que nadie lo detectara a la prisión de Gee Rhorst, un centro de alta seguridad cerca de la ciudad de Sittard, que linda con la frontera belga. El objetivo era liberar a uno de los encarcelados, un colombia no que se encontraba cumpliendo condena por tráfico de drogas.El helicóptero, que se saltó impunemente todas las medidas de seguridad, trató de posarse en el patio de la prisión aprovechando el momento en el que los reclusos podían salir a realizar o a dar su paseo matinal. El colombiano, del que las autoridades no han querido dar más detalles y que evidentemente sabía que venían a buscarlo, se acercó rápidamente a donde iba a aterrizar el aparato, ante los ojos atónitos de otros 12 compañeros y la impotencia de dos guardianes.
Sin embargo, poco antes de que pudiera posarse y por causas que aún no están del todo aclaradas, la nave se estrelló contra una de las torres de iluminación que rodean el patio de la cárcel. Se desplomó, estalló y comenzó a arder espectacularmente.
Los responsables de la prisión explicaron que poco o nada pudieron hacer para salvar la vida del piloto, del que ni se sabe ni quién era ni de donde venía, tan sólo que falleció en el acto abrasado.A pesar de que aún no había tenido tiempo de subir, el recluso que trataba de evadirse y que se encontraba muy cerca de donde se estrelló el aparato resultó con quemaduras de levedad por la explosión.
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