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El Frank Sinatra ruso deja la cancion para saltar a la arena política

Le llaman el Frank Sinatra de Rusia, y no sólo porque llene en este país el mismo hueco que La Voz en EE UU, sino también por sus ambiguas relaciones con la mafia. Iosif Kobzon hizo mutis por el foro artístico el pasado jueves, el día de su 60º cumpleaños. Tres días más tarde entró, triunfante, en la vida política rusa.

losif Kobzon ofreció la semana pasada un concierto maratoniano que remataba una gira de despedida de ocho meses por todo el país. Tres días más tarde, el domingo, saltó de cabeza a la piscina política al ganar, con más del 80% de los votos, un escaño de diputado en la Duma (cámara baja del Parlamento) en la región siberiana de Buriatia.Los candidatos rivales reclamaron a la junta electoral por considerar que no hubo igualdad de oportunidades, debido a que la primera cadena de la televisión estatal emitió en directo la gala de Kobzon en la sala Rossía, a paso y medio del Kremlin.

La popularidad de Kobzon se ha tejido a lo largo de más de 40 años de profesión, desde que empezó cantando himnos patrióticos soviéticos y canciones populares judías. Hasta el mismísimo Leonid Breznev lloraba de emoción cuando oía su peculiar voz de barítono. Su repertorio incluye más de 1.500 temas, que ahora se van a recoger en una colección sin precedentes de discos compactos. Durante su gira de despedida, que tituló He dado todo lo que tengo a la canción, se Filmó un documental sobre su vida y carrera y grabó 300 nuevas canciones, con arias de ópera, temas folclóricos y marchas militares.

Para los más jóvenes ha quedado un poco rancio, pero los fans de Kobzon se cuentan por decenas de millones. Con estas credenciales, la victoria en su primera incursión en la política estaba cantada. Su principal padrino parece ser el presidenciable alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, al qué asesora en temas culturales. También se le ha relacionado con el ultraderechista Vladimir Zhirinovski y con el centrista Iván Ribkin, actual secretario del Consejo de Seguridad.

El expediente de Kobzon tiene algún que otro borrón. El más notorio figura en los servicios de inmigración norteamericanos y en los archivos del FBI, ya que, en 1995, se le negó el visado de entrada en Estados Unidos a causa de un informe de la policía federal que le acusaba de mantener lazos estrechos con grupos mafiosos que actuan en el país. En el mismo documento se lanzaba la sospecha de que el cantante estaba involucrado en el tráfico de drogas. Durante años, se ha especulado con que su cadena de farmacias no es sino una tapadera para esta actividad.

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Retenido en Tel Aviv

También tuvo problemas para entrar en Israel en 1996, y fue retenido durante seis horas en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv. El embajador ruso tuvo que intervenir personalmente ante el entonces primer ministro para resolver el problema. "Casi me era imposible abandonar Rusia", dijo recientemente, "porque el Departamento de Estado metió en los computadores de muchos, países la sospecha de que tenía relaciones con la Mafia".

Pero nunca se le ha podido probar nada. Y ahora, con su acta de diputado en el bolsillo, Kobzon tiene ya inmunidad. Él asegura que llega a la política para servir mejor a su país y, de entrada, declara que "el peor crimen que hay ahora mismo en Rusia es la evasión de impuestos". Anatoli Chubáis, primer vicejefe de Gobierno e impulsor del nuevo código fiscal, seguro que le da la razón.

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