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FÚTBOL: COPA DE LA UEFA

El AthIetic recobra la dignidad europea

El equipo bilbaíno dominó de principio a fin a un Sampdoria ineficaz

El Athletic presentó su documentación absolutamente en regla para disputar la Copa de la UEFA en un partido que controló de principio a fin ante un rival ineficaz. Los problemas de Luis Fernández con su pasaporte se quedaron en el aeropuerto. En el campo el Athletic tenía todos los papeles en regla. Al Sampdoria le falta algo más que un hervor para que adquiera el sello de Menotti. La falta de cocción ha dejado a la defensa cruda y tierna, inexistente en el juego aéreo y desatendida en los costados. Al primer bocado, Urzaiz se lo llevo a la boca y Ríos marcó mientras los defensores atendían con aplicación y esmero.Luis Fernández se había ido quedando día tras día sin, delanteros. El penúltimo, Etxeberría, lo dejó en el banquillo por culpa de un esguince en el tobillo. En tales condiciones Urzaiz tenía una misión de corsario frente a la línea adelantada que dirige los proyectos futbolísticos de Menotti. Fue suficiente para recobrar la dignidad europea,

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El gol de Ríos, al cuarto de hora, además de su valor directo le permitió al Athletic discutir con su rival sin jerarquías preestablecidas. Fiel a su reciente estilo, Luis Fernández ordenó un marcaje al hombre de Nagore sobre Veron. El argentino es un futbolista que combina el poderío físico con la habilidad, un tipo aguerrido con el que Nagore libraba una batalla desigual. Por eso, el partido se le amontonaba al Athletic en la defensa. Y en esto encontró un extraño aliado en Montela, el futbolista más acreditado del Sampdoria que malgastó tres ocasiones consecutivas en otros tantos duelos con el guardameta.

El pequeño jugador tranquilizó al Athletic, que podía encarar el partido según lo previsto. La primera lectura aclaraba una cuestión: el Athletic sabía lo que tenía que hacer y el Sampdoria no. El equipo rojiblanco apeló a la colectividad en busca del dominio aéreo de Urzaiz y Carlos García en las dos áreas. El Athletic ratificó su papel y sus argumentos sin desatender las aplicaciones ofensivas. El Sampdoria cerró el libro de Menotti y apeló a las soluciones personales. Veron, Montela y Morales escribieron un nuevo guión al que Klinnsman asistía como oyente. Y entonces el Athletic se sacó del bolsillo un contragolpe tan bello como ejemplar que culminó La rrainzar con astucia.

Era la segunda lectura del partido. El Athletic jugaba de memoria y el Sampdoria sin memoria, perdida la condición italiana y en espera de su nacionalidad futbolística argentina. Pero al menos el recurso al individualismo le procuró un gol en el único despiste de la defensa bilbaína. El asedio entonces fue absoluto, en busca de una jugada de fortuna en tal atasco de futbolistas o de una genialidad personal. No hubo más. El Athletic tenía el resultado y probablemente la eliminatoria en el bolsillo y Luis Fernández se permitió el lujo de hacer debutar a dos muchachos (Bermejo y Garitano) para preservar de tarjetas al resto.

El Athletic recobró el ánimo en una plaza complicada. El equilibrio diplomático que habían mantenido Menotti y Luis Fernández resultaba justificado porque el Sampdoria, sin la lección aprendida aunque reúne a notables futbolistas, es todavía un equipo sin hacer, que deja jugar y que depende en exceso de las actitudes personales.

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