"Estaba haciendo la contrarreloj de mi vida

Zülle no entendía nada. No porque su actuación no cumpliera con lo previsto, no, más bien por todo lo contrario. "No he estado mal", dijo, "pero tampoco he sido el mejor". La sorpresa del gran suizo llegaba de otro lado. "Si me hubieran dicho en Lisboa que hoy iba a vestirme de amarillo, no me lo habría creído. Debo releer mi manual de ciclismo porque no entiendo nada".Zülle, el nuevo líder, el hombre que vuelve a vestir de amarillo, tampoco entendía mucho de la contrarreloj que había hecho. O al menos eso dijo. "Ni sé cómo tenía ventaja sobre todos a mitad de recorrido, ni sé cómo he podido perder tanto en la parte final", explicó. "Quizás sobreestimé la potencia de mis piernas y les exigí más de la cuenta. Luego me di cuenta de que iba rápido al comienzo gracias a que el viento soplaba de espaldas, no porque mis piernas estuvieran súper".

Así que Zülle terminó por atragantarse con los últimos kilómetros -"no creía que llegaría a meta"- y por agradecer la caída de Escartín. "Me ha beneficiado la caída, claro", dijo. "Pero veo muy fuerte al aragonés. Él va a tener la clave en la montafla". Y feliz -"me ha emocionado más este maillot que el del año pasado, porque ahora ha sido inesperado"- Zülle se fue al podio, recordando que aunque el año que viene estará en el mismo equipo de Dufaux, uno de sus grandes rivales, éste está en la ONCE. "Daré el 100% porque la ONCE me da a mí el 100%", recordó. "Y aunque sea amigo de Dufaux, en carrera seré feroz contra él".

Mientras, Escartín, el resistente sufriente, el hombre acostumbrado a que toda carrera sea una montaña casi insuperable, extraía lecciones positivas de la jornada. "Ha sido una lástima la caída", dijo, "porque estaba haciendo la mejor contrarreloj de mi vida". Un dato positivo: Escartín está fuerte, muy fuerte. "Además, por lo que he visto, quizás Zülle no esté al l00%". Otra lectura optimista. Si él se encuentra muy bien -"creo que del golpe no tengo nada grave, quemaduras y esas cosas sólo"- y Zülle no está tan fuerte como se creía, la montaña debería decidir a su favor. "Sí, pero Dufaux también está muy fuerte".

De Dufaux, el corredor suizo que sale de la primera contrarreloj a sólo 32s de Zülle, todo el mundo destaca su gran capacidad de agarrarse al liderato. "Cuando se viste de líder, es muy difícil que suelte la prenda", dice Pablo Antón, dirigente suyo cuando el afable suizo corría en la ONCE. Dufaux es duro y ha visto síntomas de debilidad en Zülle. La cosa promete. Además, mientras Escartín puede consolarse haciendo números y pensando que a fin de cuentas ha salido de Córdoba más o menos como calculaba, Dufaux no necesita ni de eso, sale mejor.