El Valencia y Valdano entran en crisis

Ninguna mirada era comparable ayer a la tristeza que emanaba de los ojos de Jorge Valdano. Su imagen era la de la desolación y el fracaso. Con las manos en los bolsillos presenciaba cabizbajo la derrota de su equipo después de 90 minutos de enorme tensión. Posiblemente, Valdano se sentía culpable de haber cometido un error imperdonable en un profesional de su categoría. En el minuto 64 cambió a Cáceres por Carioca. No se dio cuenta que había en ese momento cinco jugadores extranjeros en las filas valencianistas. El técnico argentino, un devoto de la literatura de Jorge Luis Borges, lector de Funes el memorioso, olvidó ese detalle y se vio obligado a retirar del campo a Djukic con el fin de deshacer el entuerto.De esa forma la superioridad numérica valenciana, tras la expulsión de Hugo Porfirio, quedó totalmente neutralizada. Ignoramos si la afición valenciana hostigará a Valdano por haber cometido este error, propio de la condición humana, pero no de un entrenador que se precie. El caso es que el Valencia fue superado ayer tras el inicio de la remontada racinguista por el cuadro de Marcos Alonso, que volvió a ser ayer el equipo del año pasado. Un conjunto que navega perfectamente contracorriente.

Así pues, la esperada remontada del Valencia habrá de demorarse hasta la próxima jornada contra el Real Madrid. Marcos Alonso emborronó ayer el bello dibujo táctico diseñado por Valdano, digno de un esteta exquisito, con el que pretendía remontar el vuelo tras las dos caídas en picado sufridas en el despegue de la Liga. Preso de la nostalgia de Romario, el Valencia fue incapaz de ganar un partido que empezó de forma favorable.

Por su parte, el discurso de Marcos Alonso sigue fiando en el contragolpe toda su suerte. El esquema táctico de Marcos Alonso ha progresado hacia un mayor dinamismo gracias a la aportación creadora y ofensiva de Porfirio, Conte, Ismael, jugadores versátiles y polivalentes que buscan espacios libres y rehuyen el inmovilismo. Ayer el defensa Javi López demostró que el gol no es patrimonio de los delanteros. Su tanto del empate dio alas a su equipo y le catapultó hasta la victoria.

El Valencia jugó el sistema clásico de Valdano con dos pivotes por delante de la defensa, Milla y Del Solar y más adelantados Ortega, Saib y VIaovic. Este esquema de juego se rompió por su mitad a causa del fracaso de Milla, que fue sustituido por Valdano en la segunda parte. El organizador del juego valencianista fue superado en esa parcela por sus antagonistas del Racing de Santander, mejor situados en el terreno de juego y perfectamente compenetrados con sus líneas de defensa y de ataque.