Madrid culpa a Majadahonda y Las Rozas de que los taxis sigan cobrando el viaje de retorno
La reforma del sector del taxi camina con lentitud. Dos de las medidas más importantes aún no han entrado en vigor: la implantación de la tarjeta identificadora del conductor (acordada el pasado mes de febrero para combatir el intrusismo) y la extensión de la zona de trabajo a más de una decena de localidades próximas (pactada en noviembre de 1996). Los taxistas culpan al Ayuntamiento. Éste, a su vez, responsabiliza del retraso a Las Rozas y Majadahonda, por no haber completado aún la adhesión. Mientras, los usuarios siguen pagando los viajes de retorno.
Según el consistorio, que ha auspiciado la reforma que afectará a los 15.500 taxis de la capital, la demora en la ampliación de la zona de trabajo (área unificada) tiene dos causantes: Las Rozas y Majadahonda. "Aún no han aprobado la extensión", señalan en el consistorio capitalino.Un portavoz de Las Rozas niega la mayor: "Nosotros tenemos todos los trámites listos". En Majadahonda aseguran que el pleno municipal ya ha aprobado sumarse al área unificada, pero el trámite está paralizado hasta que se resuelvan las alegaciones que han presentado los taxistas majariegos (20 licencias), poco partidarios del cambio.
Desde hace años, los taxistas madrileños pueden ejercer en las localidades de Alcobendas, Alcorcón, Coslada, Getafe, Leganés, Móstoles, Pozuelo de Alarcón, San Fernando de Henares y San Sebastián de los Reyes. No cobran a los usuarios el retorno a la capital.
Municipios afectados
La extensión del área, destinada a ampliar en casi medio millón de personas el mercado de usuarios potenciales de los taxis capitalinos, se acordó definitivamente en noviembre de 1996 entre el Ayuntamiento y los representantes de otros 10 municipios situados en un radio inferior a los 30 kilómetros: Parla, Humanes, Las Rozas, Mejorada del Campo, Villaviciosa de Odón, Paracuellos del Jarama, Majadahonda, Rivas-Vaciamadrid, Pinto y Velilla de San Antonio. Otros ayuntamientos, como el de Fuenlabrada, se sumaron posteriormente.
A cambio de que los taxistas de la capital pudieran ejercer en estas localidades (y los pasajeros, ahorrarse el pago del viaje de vuelta al conductor, de vacío forzoso) se incorporaría en torno a un centenar de taxistas locales, que ejercerían en las mismas condiciones y ámbito que los de Madrid. La prevista ampliación del área unificada lleva aparejado un nuevo sistema de tarifas que supone un kilometraje más caro en la periferia que en el centro.
La implantación de la tarjeta identificadora de los taxistas, la otra gran medida de mejora del sector, también se ha demorado. Pero al menos tiene una fecha más concreta. El Ayuntamiento, que inicialmente anunció que entraría en vigor el pasado junio, asegura que empezará a implantarse el próximo enero. El objetivo es expulsar a los 2.000 conductores piratas que denuncia el sector.
Conductores identificados
Así, desde mediados de junio pasado, la Oficina Municipal del Taxi recoge la documentación que deben entregar los conductores (contrato y alta en la Seguridad Social para los asalariados y el alta como autónomo para los trabajadores independientes) para obtener la tarjeta de identificación. "De momento nos han entregado la documentación 8.000 conductores", afirma el jefe de la oficina, José Emilio García Toledano. Se calcula que el total de trabajadores del taxi supera los 20.000. El plazo de recepción de documentos estará abierto hasta mediados de noviembre. "Quizá se amplíe", dice García Toledano. La expedición de las tarjetas de identificación empezará "a principios de enero", puntualiza.
La extensión de la zona de trabajo y la expulsión de los conductores irregulares son las dos primeras medidas anunciadas por el Ayuntamiento, que encargó un libro blanco para conocer los males y ver las soluciones para un sector en crisis.
El optimismo inicial con que las organizaciones profesionales acogieron la iniciativa municipal contrasta con el escepticismo y la pesadumbre que ahora manifiestan. Juan Sánchez, al frente de la Federación Profesional del Taxi, cree que la reforma "se ha paralizado". "Va todo en lentísimo. Mientras, el Ayuntamiento nos hace un agujero en el bolsillo: como tampoco arregla el problema del tráfico, la gente opta por no coger un taxi, porque se va a encontrar con un atasco en cualquier parte de la ciudad", añade.
Antonio Rivera, del sindicato UGT, critica "Ia pasividad municipal". "Todavía no se ha hecho nada para arreglar los males del taxi", se queja. Este periódico intentó sin éxito, durante tres días, conocer la opinión de la Asociación Gremial del Taxi, una de las más fuertes del sector.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.