El barco naufragado en Haití se escoró cuando los pasajeros se amontonaron en una banda para salir

El Fierté Gonavienne, el barco que se hundió el lunes en las costas haitianas con cientos de pasajeros a bordo, hacía su viaje inaugural. Abarrotado por centenares de personas, incluido un equipo de fútbol juvenil, el transbordador se estrenaba con una extraordinaria sobrecarga, según han denunciado distinas fuentes. Cuando estaba a punto de atracar en el puerto de Montrouis, los pasajeros se amontonaron cerca de la salida para prepararse al desambarco. Ante la sobrecarga de peso en una de sus bandas, el barco se escoró y hundió a escasos metros de tierra firme.

Las cifras sobre la tragedia siguen bailando. entre extremos muy separados. Mientras la compañía que explotaba el barco asegura que vendió 276 pasajes -sólo de adultos, sin contar niños-, a pesar de tener únicamente 200 plazas, un revisor del barco afirma que había 800 personas en su interior. La policía también habla de 800 o 900 pasajeros. Funcionarios estadounidenses destacados en Puerto Príncipe por su parte, insisten en, que el transbordador tenía sólo capacidad para 80 personas.Pero las únicas cifras certeras son las de los escasos cuerpos encontrados: 62 con vida, y 89 muertos. Conforme pasan las horas, las 2.000 personas congregadas en puerto a la espera de noticias de sus parientes pierden las esperanzas. Submarinistas canadienses de las fuerzas de paz de la ONU trabajan sin descanso en las aguas donde se produjo la tragedia.

El capitán del barco, un cubano llamado Ramos Ingen, fue acusado por algunos supervivientes de encerrar a muchos pasajeros en las bodegas. Ingen fue detenido por la policía local y más tarde puesto en libertad. "Podías oír desde la orilla a la gente pidiendo socorro", contaba un médico de un hospital local.

El presidente de Haití, René Preval, decretó ayer tres días de duelo nacional y se trasladó hasta Montrouis, lugar del naufragio, para expresar a los familiares de las víctimas su consternación por lo ocurrido. Mientras, la embajada de Estados Unidos en Haití ya ha anunciado que concederá ayuda económica para superar la situación.

En las próximas horas varios expertos intentarán sacar a flote la embarcación hundida con el fin de recuperar los cadáveres que permanecen en su interior y averiguar las causas exactas del naufragio. El responsable de la operación, André Mathieu, de nacionalidad canadiense, explicó que se utilizará un remolcador en la operación y que todo el proceso llevará unas dos horas.

El armador del barco hundido denunció que en la zona de la tragedía había otras dos embarcaciones que no hicieron nada por ayudar a las víctimas. "Los otros dos barcos simplemente se quedaron allí mirando. Y no digo que estuvieran contentos simplemente no hicieron nada", añadió.

Los transbordadores de Haití, el país más pobre de América, son conocidos por el amontonamiento, de pasajeros que pone en peligro la seguridad en los transportes. Muchos de estos barcos son el medio de locomoción habitual para vendedores y campesinos.