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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Yo también tengo un sueño

El pueblo kurdo "no existe". Tan sólo se trata de "los turcos de las montañas". Unos turcos que se olvidaron que eran turcos. Así explica la ideología kemalista la existencia de un pueblo que lucha por el reconocimiento y el respeto de sus derechos. Ante todo, por el primero y más importante: el esencial e indiscutible derecho a la vida."Yo también tengo un sueño". Sueño que un día ese pueblo "resucita" y recupera esa vida que le ha sido arrebatada por las armas y por la propaganda de un país calificado de democrático por la prensa occidental. Sueño que las barreras mediáticas se resquebrajan y caen bajo su propio peso permitiendo así aflorar una "realidad escondida a los ojos del mundo". Sueño que los medios de comunicación españoles prestan una mayor atención a una cuestión clave que sin duda contribuirá a la pacificación de una zona de gran importancia estratégica: Oriente Próximo. Sueño que la prensa y televisión no dan la espalda a iniciativas tan importantes como la del "tren de la paz". Un tren de más de 300 pasajeros con destino a Kurdistán que iba a realizar un largo camino con el sólo propósito de que corriesen ríos de tinta sobre esta cuestión, recabando una atención que le ha sido negada desde un principio al igual que los permisos. Los Gobiernos occidentales han sucumbido ante las presiones turcas.

El sueño por una vez se hizo realidad: el tren se convirtió en avión y llegó finalmente a su destino. Como era de esperar sus ocupantes han sido testigos de múltiples y escabrosos sucesos como la detención de más de mil personas que se habían solidarizado con la iniciativa, el tiroteo contra una manifestación kurda en el momento en que se alejaban de la ciudad, por tan sólo citar algunos ejemplos. La delegación de la paz se enfrentó a toda una serie de obstáculos: detenciones de sus miembros, bloqueos y "desvíos" que han imposibilitdo su llegada a Diyarbakir, ciudad en donde se celebraba el 1 de septiembre el Día Internacional por la Paz, y el que parece ser el último de todos ellos: la expulsión de Turquía; y esto no es exactamente un sueño.

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