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LA SENTENCIA DEL CRIMEN DE ALCÀSSER

"Nadie me devolverá a mi hija"

Las familias de las tres niñas asesinadas mostraban ayer, al conocer la sentencia que condena a Miguel Ricart a 170 años de cárcel, dos posturas radicalmente diferenciadas, en la línea de todos estos años que ha durado el caso Alcásser. De un lado, los padres de Míriam y Antonia se reafirmaron en su convicción de que "no se ha hecho justicia" y que Ricart es un "mero encubridor" de los asesinatos. De otro, la madre de Desirée se mostró satisfecha de la sentencia, pero se lamentó desolada: "Nadie me devolverá a mi hija".El padre de Míriam, Fernando García, afirmó que no descansará "hasta que los verdaderos culpables se sienten en el banquillo". García dice que no le ha extrañado la dureza de la condena, que estaba "pronunciada de antemano", y se ratifica en su convicción de que hay más personas implicadas en el rapto, violación y asesinato de las niñas. García se comprometió a aportar nuevas pruebas al sumario, que permanece abierto en el juzgado de Alzira, para incriminar a más personas. "Todavía quedan por analizar algunos pelos que demuestran que en el crimen participaron al menos ocho personas", aseguró.

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Los padres de Antonia, Fernando Gómez y Luisa Rodríguez, se marcharon ayer al chalé de unos amigos para "desconectar un poco", según explicaba su hijo Fernando, de 25 años, que se expresó en términos similares a los de García. "No estamos alegres ni tristes", reconoció, "porque Ricart es un cabeza de turco y los verdaderos asesinos aún siguen libres".

No pagará por lo que hizo

Por el contrario, la madre de Desirée, Rosa Folch, se mostró muy satisfecha por la condena de RIcart, aunque sigue tan desolada como el día en que fueron hallados los cuerpos. "No deberían descontarle ni un día [a Ricart]; debería estar encerrado 30 años, toda la vida si fuera posible, sin un solo día de permiso y recluido entre los presos comunes para que le hagan lo mismo que él hizo a las niñas", reclamó. Rosa Folch cree que Ricart no pagará por lo que hizo "ni aunque lo maten", y asegura que sólo dormirá tranquila cuando Antonio Anglés, "un psicópata que ha hecho daño a mucha gente y al que debían haber juzgado en rebeldía", también esté en prisión. En su opinión, Ricart y Anglés son los únicos culpables; ellos solos se bastaron para reducir a "tres niñas indefensas" y el resto de sospechosos "sólo existen en la mente de Fernando García". Rosa Folch considera que "no las mataron para divertirse sino para hacer mal".

Sobre el juicio, la madre se queja de que ha sido innecesariamente largo.

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