Tietmeyer siembra la inquietud al afirmar que un retraso del euro no sería una catástrofe

El presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, ha vuelto a sembrar incertidumbre en el proceso de la moneda única. En una entrevista concedida al semanario Die Woche, que se pone a la venta hoy, Tietmeyer sostiene que no sería una catástrofe aplazar la entrada en vigor de la moneda única y considera que instaurar un euro político, que no respete estrictamente los criterios, puede tener "efectos dañinos" en la economía. La postura de Tietmeyer tuvo repercusiones políticas y en los mercados financieros, que vieron frenada la euforia generada por la subida histórica de Wall Street el día anterior. Alemania y la Comisión Europea salieron al paso para asegurar que el euro se creará "en la fecha prevista".

El presidente de la autoridad monetaria alemana señala también que la subida de los intereses a corto plazo puede traer consigo una reducción de intereses a largo plazo. Descarta de forma rotunda una bajada del precio del dinero bajo las condiciones actuales. Aunque la recuperación económica en Alemania es aún débil, el banco central está preocupado por los efectos de la depreciación del marco frente al dólar en la inflación.Nada más conocerse estas afirmaciones, el dólar -que había estado subiendo durante toda la mañana- bajó de 1,83 a 1,82 marcos y las cotizaciones en la Bolsa de Francfort registraron bajas. Al cierre, el dólar se situó en 1,8163 marcos y el principal índice de Francfort perdió un 1,7%. La euforia iniciada un día antes en las bolsas europeas por la subida de Nueva York se vio interrumpida bruscamente y las alzas esperadas para ayer se diluyeron.

Pero la polémica se concentró en las declaraciones de Tietmeyer sobre el aplazamiento del euro que, en su opinión, "no significaría el fin del mundo ni desarticulación de las economías europeas". Esta afirmación amenaza con enturbiar la reunión de ministros de Finanzas y de gobernadores de los bancos centrales de los Quince el día 14. Aunque Tietmeyer lo matiza al señalar que la discusión sobre un retraso "no tiene sentido por el momento", las reacciones no se hicieron esperar.

El portavoz del Gobierno federal, Peter Hausmann, dijo ante la prensa en Bonn que "de momento no había motivo alguno para discutir sobre un aplazamiento" y señaló que el nerviosismo desatado en las bolsas de valores a raíz de la declaración daba una idea de "las consecuencias que traería consigo un debate semejante". Aseguró que tanto el canciller Helmut Kohl como el primer ministro belga, Jean-Luc Dehaene, que se reunieron ayer en Alemania, "harán todo lo posible para que el euro entre en vigor según el calendario previsto".

Bruselas reaccionó también. Un portavoz de la Comisión Europea afirmó que un retraso de la unión monetaria tendría "graves consecuencias y causaría daños económicos y políticos". Tietmeyer reconoce que la decisión será política pero advierte que un euro que produjera conflictos sería negativo para la construcción europea el insiste en el cumplimiento estricto de los criterios de convergencia.