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Los carritos embisten de noche

El reglamento de festejos taurinos especifica que no se pueden correr toros por la noche. Pero eso no va con los integrantes de la peña San Sebastián, que siguen celebrando en su pueblo sus encierros nocturnos. Aunque, claro, el reglamento no dice nada de carros de hipermercado con unos cuernos atados al frente. Y es que tal es el aspecto que tienen las reses que se torean entre las dos y las cuatro de la madrugada mientras duran las fiestas del municipio.El ritual comienza en la calle Real con un mar de camisolas rojas cara a la pared. Los mozos se encomiendan a San Fermín con fervor cantando una versión modificada del himno que se entona en Pamplona. Luego se saluda a los toros. Y como "sería ridículo saludar a un carro de la compra", comenta un corredor, los de la peña rinden honores al toro más cercano que tienen: el que figura en el logotipo de la sucursal de Caja España.

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Los encierros nocturnos comenzaron hace cuatro años. Carlos, uno de los peñistas, asegura que todo se inició "cuando la gente estaba amuermada en mitad de la noche y empezaban a sentarse y dejar de bailar. Entonces algunos salimos con un carro para darles un susto".

Desde entonces se han sumado más gente y más carros. Todas las noches se reúnen casi 200 personas alrededor de la puerta de la peña Sart Sebastián.

Ahora todo está más organizado. Tras el chupinazo de rigor, tres carros-toros enfilan por la calle de Postas -como en el recorrido auténtico-, dan una única curva y terminan en la sede de la peña, en la calle Real, donde se meten, con sus conductores, hasta la barra del bar.

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