Un herido grave en el multitudinario encierro final de San Sebastián
Los toros de Miura fueron una vez más fieles a la tradición. Protagonizaron el último de los encierros de San Sebastián de los Reyes (58.000 habitantes) y fueron los responsables de la cogida más grave de la semana. Este año la víctima fue John Conboy, un estadounidense de 28 años que fue corneado y volteado por un toro en la puerta de la plaza. La presencia masiva de corredores y el trapío de los toros convierten tradicionalmente los dos últimos encierros de San Sebastián en los más peligrosos.
John Coriboy, un ex marine que trabaja como guardia de seguridad en Nueva Jersey y que corre habitualmente los encierros de Pamplona y San Sebastián, ha sido el último en engrosar la lista. Un toro se quedó rezagado a más de 200 metros de sus compañeros y le cogió por sorpresa cuando estaba intentando encontrar sitio entre la multitud de corredores que desembocaban en la plaza.El cuerno penetró 10 centímetros en la parte interior del muslo de la pierna derecha y rasgó músculos y vasos sanguíneos. Luego prosiguió abriéndose paso hacia la zona inguinal en una trayectoria ascendente de otros 14 centímetros. "Su vida no corre peligro, pero la operación ha sido muy complicada porque ha habido que ir ligando vasos sanguíneos a medida que se reconstruían los muchos tejidos dañados que tenía", explicaba el doctor Gálvez, cirujano jefe de la plaza de toros de San Sebastián, que operó durante dos horas y media al corneado. Posteriormente, el herido fue trasladado al hospital La Paz. Otro joven resultó herido al ser alcanzado por asta de toro en el escroto.
Encierros de alto riesgo
Los dos últimos encierros de las fiestas son de alto riesgo. "Hay mucha gente que sólo corre los fines de semana, y mucha también que sale de fiesta por la noche y empalma, con el encierro. También hay mayor consumo de alcohol y las reses de las últimas corridas suelen ser las más serias", asegura Pedro Martínez, portavoz de Protección Civil de San Sebastián. En los dos últimos años se han producido más heridos en el fin de semana que cierra las fiestas que en el resto de la semana.
Entre encierros y sueltas de vaquillas se atendieron, según las informaciones de Protección Civil, 78 personas durante los seis primeros días de estos dos años (30 en 1996 y 48 en 1997). Por contra, el sábado y el domingo, en que concluían los festejos, sumaron un total de 72 (32 en 1996 y 40 en 1997). Ayer, el parte de heridos ascendió a 29 personas.
La afluencia de corredores estos días es enorme. Fuentes de la organización calculan que en el último encierro la asistencia superó las 2.500 personas. Eso explica los tapones en la entrada de la plaza y la falta de sitio. "Salen cientos de corredores inexpertos desde la primera puerta, y en cuanto uno de ellos se cae o tiene un problema los demás no tienen reflejos para evitarle a tiempo", argumenta Martínez.
Eso pasó ayer en la puerta de la plaza. Se formó un tapón que pudo ser disuelto antes de la llegada de las reses, propiciando en parte la cogida de John Comboy.
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