El director de Tráfico culpa del aumento de accidentes al sueño y las distracciones

El director general de Tráfico, Carlos Muñoz-Repiso, se adelantó ayer a su posible comparecencia en el Congreso, a petición del PSOE, para explicar las causas del fuerte aumento de la siniestralidad en agosto. La distracción y la somnolencia de los conductores, dijo, son dos de los factores que más están contribuyendo al mismo. El 93% de los siniestros, añadió, se debe a fallos humanos y, por consiguiente, serían "evitables" si se extremase la prudencia. "El problema no es que las carreteras no sean seguras, sino que hay que adaptar la forma de conducir a las condiciones de cada una", concluyó.

Carlos Muñoz-Repiso, cuya comparecencia urgente en el Congreso ha sido pedida por el Grupo Socialista para que explique los motivos de la mayor siniestralidad y las medidas que el Gobierno va a adoptar para recortarla, insistió ayer en que toda persona con un volante entre las manos debe adoptar "una actitud responsable".También abundó en que parte del incremento que se ha producido en el número de los accidentes (un 3,27% en lo que va de año y un 18,27% si la comparación se centra exclusivamente en agosto) y el de los muertos (un 4,01% y un 20,38%, respectivamente) se debe a la mejora de la economía, que se ha traducido en más desplazamientos y más matriculaciones de coches.

"No se puede generalizar", manifestó, "pero desde Semana Santa se ha elevado el movimiento de vehículos. En este agosto ha sido un 10% superior al de 1996. Este año hay 800.000 automóviles nuevos".

En opinión de Muñoz-Repiso, el autocar es el medio de transporte "más seguro" por carretera. Así, considera que no debe dispararse la alarma social por el hecho de que hayan coincidido varios accidentes "muy espectaculares" en los que muchas personas han perdido la vida. Tampoco entiende que tengan que ser retirados de la circulación los construidos antes de 1994 por el hecho de que no tengas incorporadas medidas de seguridad que comenzaron a exigirse a partir de esa fecha.

El director de Tráfico considera que en España nadie cuestiona que la velocidad máxima en el interior de las poblaciones sea de 50 kilómetros por hora y puntualizó que con la de 120 en las autopistas se está en sintonía con los países europeos. A su juicio, la ausencia de una limitación, como en Alemania, aunque allí se recomienda no rebasar los 130, crea el efecto psicológico de que se puede ir un poco más deprisa y que ello es peligroso.

Muñoz-Repiso no descartó la próxima incorporación de nuevos instrumentos para medir la velocidad, así como la ingestión de drogas y alcohol. En la actualidad, indicó, no existe un aparato fiable para detectar la toma de pastillas, por lo que cuando alguien es sorprendido con síntomas de conducir bajo los efectos de los narcóticos es llevado ante el juez. La Guardia Civil, informó, realiza un millón de controles de alcoholemia al año y los positivos se mantienen en el 4%.