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Tribuna:HOGUERAS DE AGOSTO
Tribuna
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Entre el horror y la filosofía

Los Thyssen se recluyen en su casa de la Costa BravaHacen bien, aunque también al teléfono acecha Cascos

Llegaron los Thyssen y se encerraron en su casa de la Costa Brava, en una cala privada cercana a Sant Feliu de Guíxols, huyendo de los múltiples peligros que acechan en el exterior, pero ajenos al hecho de que también en la intimidad de tu hogar pueden ocurrirte catástrofes imprevistas. Ejemplo: sufres un bajón, propiciado por la evidencia de que no puedes compartir windsurf con Loyola de Palacio. Sigue el ejemplo: durante un buen rato tratas de salir de la depresión por tus propios medios -alcohol, volver a fumar, saquear la nevera-, o bien acudiendo a los libros de autoayuda que normalmente usas Para equilibrar la cojera de las mesas. El ejemplo continúa: desolado-a por la inutilidad del esfuerzo arrojas al fuego el ejemplar de Sopa de pollo para el alma o de Cómo soportar la muerte de tus seres queridos sin mover una ceja, y piensas que ya sólo te queda un recurso. ¡Llamar al Teléfono Dorado -que no es un número erótico, sino de ayuda- de Mensajeros por la Paz! Pero ocurre que esta, en principio, solidaria institución tiene de vez en cuando ideas diabólicas, y cuando te encuentras con el alma en vilo, esperando escuchar al otro lado del hilo -qué bonito pareado- a un ser que te comprenda y consuele, ¡tachán!, se pone nada menos que Francisco Álvarez-Cascos, sobradamente conocido por la sutileza oratoria con que condena a casi todo el mundo a la desesperación. Y, hala, a hablar de metafísica del colon, o sea, faves. Luego se quejarán del aumento del índice de suicidios.Pero estaba con los Thyssen, que, como he dicho, no salen, y si reciben a alguien no es a mí, naturalmente, aunque en cierta ocasión tuve el honor de bailar entre los brazos de Heini en una recepción, y pude comprobar personalmente que -con honrosas excepciones- son los ricos y muy mayores quienes bailan mejor. Sea porque lo apren-. dieron en sus cansimos colegios suizos, o en sus juergas bataclaneras, ellos saben lo que es un vals, lo, que es un tango y lo que es un fox. Y saben lo que es una cintura, femenina, zona cuyo recuerdo, en lo que respecta a los hombres de mi generación -salvo, los gai cuya amistad cultivo-, descansa junto a los restos del Tiranosaurio rex.

Hecha esta breve pero innecesaria disgresión, paso a decirles que Tita y su esposo reposan en este apacible paraje prestos a lanzarse a montar exposiciones en cuanto se inicie la season, que es eso que ustedes y yo llamamos temporada. Sin resquemor y sin que duelan prendas, debe decirse que la verdadera vida del barón -y ahora también de Carmen Cervera, junto con el reconocimiento social en su país, que es el nuestro- gira en tomo a sus pinturas, el dónde las cuelgo hoy, a quién le presto ésta mañana y un largo etcétera de propuestas que nosotros, los simples humanos, no podemos ni imaginar.

Urgida por el desasosiego, y aprovechando que estoy en una comarca básicamente culta, pido ayuda a un filósofo, lo cual es un alivio, porque de haber querido mi empresa que estuviera en otra parte ahora mismo tendría que consultar con Antonio David Manos Peligrosas. Mis pasos me conducen hacia Xavier Rubert de Ventós, que a pesar de haber sido padre hace nueve meses de su segunda mujer, lo que le condiciona, sobre todo, a reflexionar sobre las criaturas pequeñas (¿quiénes son, de dónde vienen, a dónde van?, supongo), no deja de preguntarse cosas que, a mí, me desbordan: "Dado que cada vez disponemos de técnicas más fuertes de fabricar unas realidades, dado que antes las representábamos y ahora las recreamos; dado que casi todo lo que vemos son intervenciones nuestras, hay que buscar formas de conocimiento de esas realidades que sean mucho más delicadas y sensibles". Estoy. completamente de acuerdo.

La filosofía me deja tan etérea. que sufro una perturbación alvarezcascosa -es como si, de repente, me diera un beso en la boca el oso Pyros que se perdió en los Pirineos- al leer la noticia de que un obispo mexicano ha afirmado que los condones perjudican la salud. Coño, no sabía que algunos eclesiásticos se los comen.

Y lo que faltaba. No fue bastante con apropia irse de Max Aub. También Ana Botella tuvo que poner sus zarpas sobre Manolete.

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