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El Gobierno de Argelia impide la importación de libros y revistas

Para poner término a la "anarquía que impera en el sector" el Gobierno argelino ha decidido bloquear la importación de libros y revistas especializadas, informó en la televisión estatal el titular de Información y Cultura, Habib Chauki Hamraui. La medida, tomada en vísperas de la vuelta escolar y universitaria, ha suscitado protestas por parte de los importadores, que han decidido organizarse en asociación para defender sus intereses, que consideran lesionados. Hace ahora un año, en septiembre de 1996, el Gobierno paralizó las importaciones de periódicos y revistas extranjeras, desde entonces ausentes de los quioscos.Habib Chauki, que hizo toda su carrera en la rama de la información cuando ésta estaba estrictamente controlada por el partido único Frente de Liberación Nacional, y que fue incluso ministro de Cultura en el Gobierno presidido por Mokdad Sifi, ha prometido nuevas leyes para reglamentar el sector.

Desde la independencia de Argelia en 1962, los tres ministerios que operan en el ramo, Información, Asuntos Religiosos y Cultura, nunca han conseguido armonizar sus respectivas políticas, ni adoptar una posición común frente a las divergencias entre francófonos y arabófonos, entre partidarios de la apertura y del repliegue. Desde la irrupción del islamismo en el país a finales de los ochenta y coincidiendo con la supresión del monopolio estatal sobre las importaciones, las posiciones entre unos y otros han sido aún más distantes.

Libros que "destilan veneno"

Entre 1992 y 1995 la afluencia de escritos de tipo religioso, en su mayoría en árabe, fue masiva. Libros, revistas, vídeos y casetes eran profusamente distribuidos en librerías, quioscos y mezquitas. Pero desde hace algo más de un año, las publicaciones procedentes de Europa, en particular de Francia, han vuelto a recuperar mercado. Esto es lo que llevó al ministro de Asuntos Religiosos, Ahmed Merani, uno de los fundadores del Frente Islámico de Salvación, a denunciar los libros que "destilan veneno" y a pedir una estricta censura sobre las importaciones.

La confrontación que se está produciendo en Argelia en el terreno político entre laicos e islamizadores, orientalistas y occidentalistas, tiene su prolongación en la difusión de libros y periódicos. Mientras que las publicaciones de carácter religioso procedentes en su mayor parte de Egipto, Arabia Saudí y otros países del Golfo, siguen vendiéndose a precios asequibles para la gente pues son subvencionadas en los países de origen, las europeas se aproximan cada vez más a los precios del mercado internacional. Si una revista saudí cuesta 100 dinares (unas 150 pesetas), su equivalente francesa no baja de los 1.000. Lo que se traduce en una división social entre clientelas de una u otra orientación ideológica.

Cada lobby político presiona para aumentar la difusión de los escritos que le benefician.

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