"Con el tiempo dominaremos también en pistas rápidas"

Aunque ocupa la duodécima Posición del ATP Tour y es el cuarto español en esta clasificación, Félix Mantilla, de 22 años, está cuadrando su temporada más completa. Es el español que más títulos ha ganado este año (Bolonia, Gstaad, Umag, San Marino, y fue miembro del equipo que se impuso en la Copa de las Naciones en Düsseldorf). Se presenta en el Open de Estados Unidos con la intención de reeditar al menos los cuartos de final que ya logró el pasado mes de enero en el Open de Australia.Pregunta. ¿Es ésta la mejor temporada de su carrera?

Respuesta. Sin duda. He ganado cuatro títulos y hace un mes y medio que estoy jugando a un gran nivel, con mucha confianza. He mejorado y puedo mejorar.

P. ¿Qué le ocurrió en Roland Garros?

R. Acababa de ganar la Copa de las Naciones y me sentía en un buen momento. Pasé fácilmente la primera ronda, pero en la segunda me enfrenté a Magnus Larsson, un jugador de buen nivel. Le había ganado siempre. Pero ahí demostró estar especialmente motivado y me ganó. Pero ahí no se acaba el mundo. Soy joven y tengo muchos años por delante para ganar aquel torneo.

P. ¿Qué objetivos se ha fijado para su carrera profesional?

R. Ganar un Grand Slam siempre es el objetivo. Pero no es el único. Espero entrar este año en el Masters y en la lista de los top ten. Ahora ya soy el l2º y personalmente me siento gratificado, pero para los demás aún me queda un peldaño.

P. ¿Sería frustrante cerrar su capítulo tenístico sin haber ganado un Grand Slam?

R. Es la única forma de entrar en la historia y ser recordado. Si no ganas un Grand Slam te quedas un eslabón por debajo de los que se lo anotan, hagas lo que hagas.

P. ¿Es cierto que cuando un tenista acaba su carrera tiene la vida resuelta económicamente?

R. Si eres capaz de mantenerte algunos años arriba,, sí. Sacrificas tu juventud, pero al final tienes cosas que nunca tendrá una persona que deba vivir de su trabajo. Si te mueves alrededor del 100º mundial, los ingresos no te recompensan los sacrificios. Pero si estás seis o, siete años entre los 15 primeros, solucionas la vida.

P. ¿Es tan dura esta profesión como dicen los tenistas o tan agradable como la ven sus amigos?

R. Dura lo es. Viajas todo el año. Vives muy bien, pero a mí me encantaría vivir en Barcelona. La gente cree que cuando vamos a los torneos estamos como medio de vacaciones, y no es así. Vas del hotel al club y viceversa y te queda el tiempo justo para cenar y coger la cama. Vivir en los hoteles es duro. Si las cosas te van bien, te sientes recompensado. Pero si no, es insufrible.

P. ¿Alguna vez tuvo la sensación de que podía fracasar?

R. He pasado momentos difíciles. Hace cuatro años, cuando disputaba circuitos satélites, atravesé etapas de dificultad económica. Me ayudaron muy pocas personas. Jordi Vilaró, mi entrenador cobraba cuando podía. El y mis padres me tendieron la mano. Habría explotado antes si hubiera tenido medios. Durante un tiempo jugué con la presión de saber que si no ganaba no viajaba.

P. ¿Qué le salvó?

R. Ser positivo y alegre.

P. Al parecer, el resto de jugadores españoles piensan igual. ¿Cómo se explica que cada temporada surjan dos o tres caras nuevas?

R. Es como una cadena. Los jugadores más jóvenes vienen a entrenarse con nosotros y nos superan alguna vez. Ven que ganamos algún torneo y se preguntan: ¿si él lo hace por qué no puedo hacerlo yo? Y esta rueda se va repitiendo. Tenemos 15 jugadores entre los 100 primeros y 4 entre los 11 mejores. Somos jóvenes, nos queda cuerda para rato.P. La dictadura española en tierra batida, ¿puede reproducirse algún día en pistas rápidas?

R. Poco a poco mejoraremos en superficies rápidas, porque nos lo hemos planteado y todos queremos jugar bien allí. En el futuro podemos lograr un predominio similar. Con una buena adaptación, puedes restar bien y obligar a jugar los puntos. Y ahí tenemos opción.

P. ¿Qué se propone hacer en el Open de Estados Unidos?

R. Espero hacerlo bien, pese a tener sólo dos semanas para prepararme. Hay que cambiar el chip:ir con otra mentalidad, ser más agresivo, pegar golpes más planos y tomar más riesgos. Ser valiente.