La cultura y los festivales de verano
Todo el mundo sabe que entre los males más comunes de una sociedad en mutación ultraliberal está el peligro del exceso de información por vender. La danza, como cualquier otra manifestación cultural hoy, se pierde más en una soñada rentabilidad que en el favor puramente altruista que a veces requiere.Porque cuestionarse la idea de cultura como producto de libre mercado entre oferta y demanda resulta corriente estos días. Al espectador se le asigna entonces el rol de consumidor de espectáculos, y el problema nace de la deformación informativa por conquistar al gran público. Cualquier procedimiento es válido para captar audiencia.
Fenómenos de moda, confusión y criterios de valor nos inundan. La imprecisión de algunos medios de comunicación repercute negativamente en la calidad del propio espectáculo. Si sobre gustos no hay nada escrito, parece que sean los massmedia los más preocupados por convencer dictando "gustosamente" las normas de comportamiento que se han de seguir imperativamente.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.