_
_
_
_
Tribuna:HOGUERAS DE AGOSTO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Armonías y arpegios

Miguel Rios, también de gira, visitó a Serrat.Y, en Mallorca, la familia real visitó las islas Columbretes

Da gusto entregarse a la melomanía. Tal como les anuncié, asistí al concierto del Orfeón Donostiarra, con la Orquesta Sinfónica de Galicia, y con Joan Manuel Serrat como estrellaza invitada. La cosa no pudo empezar mejor porque sobre el marco incomparable del auditorio de los jardines del Castell de Perelada flotaba una luna enorme, amarilla y casi llena, que te daban ganas de aullar a la espesura. Para adornarlo aún más, allí estaba, en los primeros asientos, Miguel Ríos, que, entre una actuación en Castelldefels y otra en la muy especial localidad mallorquina de Felanitx (en donde tengo amigos y jardines predilectos), se acercó a escuchar a su cuate.Ya saben que el Orfeón Donostiarra -modelo de convivencia entre vascos como se destacó al principio del homenaje presentado por el periodista Joan Armengol- está celebrando su centenario, y con este motivo, y bajo el enunciado Queremos hacer amigos, ofrece numerosas ventajas a quienes aporten su solidaridad, tales como: tarjeta acreditativa, entrada libre a los ensayos, descuentos en la compra de sus discos, sorteo de viajes para acompañarles en sus alegres giras y entradas para su concierto navideño, entre otras gavelas.

Yo me lo estoy pensando, porque quedé transida por el recital de ayer (anteayer para ustedes), aunque no llegué a levitar por el influjo lunar, que manteníame atada a la butaca. Figúrense: para empezar, nada menos que 10 melodías vascas de Guridi, que veías a las vacas triscar. Acto seguido atacó el Orfeón, con una emocionante Maite que todos seguimos con recogimiento. Poco después, una versión sinfónica de Anduriña, de Juan y Junior, que, personalmente, me hizo reflexionar sobre la influencia de la música contemporánea en la Xunta de Galicia, o viceversa. Esta incursión pop se vio acrecentada más adelante por una pieza de Nacho Cano -Lia-, otra de Mancini -Moon River, y ahí las voces rozaron literalmente el astro reina-, y un Edelweiss de la película Sonrisas y lágrimas que me hizo temer que, de un momento a otro, la Brigada Anti-Sacarosa se personara en el castillo y se nos llevara a todos enchironados.

Tras una versión del Puente sobre aguas turbulentas que habría gustado hasta a la abuela de Paul Simon apareció Serrat interpretando Cantares y, qué quieren que les diga, fue como si un violento rapero se hubiera hecho con el escenario. Algunas damas, que hasta el momento sólo salían de su letargo cuando le tocaba intervenir al de los platillos, se pusieron a pedalear y a darse con los abanicos cerrados en las rodillas, tal que Popotitos. Las cuatro únicas piezas ensayadas con el Orfeón -las otras eran Vaig com les aus', Mediterráneo y Paraules d'amor- supieron tan a poco que tuvieron que repetir Cantares. Serrat iba un poco tieso porque tiene una costilla rota.

Enloquecida en la media parte, buscando cava o cualquier sucedáneo, topé con José que fue gobernador civil de Girona y, más adelante, embajador en Cuba dimitido cuando la crisis. Ahora está al frente de la legación en Bulgaria, y parece contento: "Es tan desconocido y hermoso", dice, "con todo por hacer, siempre te están preguntando cómo se hizo la transición". Coderch puede contárselo, puesto que estuvo con Suárez en aquellos tiempos del cuplé. Dice que la situación de los búlgaros es terrible, y que nuestra Embajada hace lo que puede por ayudar. "Hemos hecho cosas con Stoichkov", afirma. Hospitales, asilos y orfanatos están en las últimas, según cuenta.

Lo cual me conduce a pensar que llevo la tira de días haciéndome la loca, cada vez que entro en la lectura de los periódicos, para no ver la realidad que sale en las otras páginas. En fin, hay que aguantar hasta el 31 como sea. Mis espías de Mallorca me dicen que el Rey ha hecho una excursión con los suyos a las islas Columbretes, ante las cuales, pasó una vez, hace 15 años, durante una regata. La de tiempo que hace que navega el Monarca.

(Aviso: sólo faltan 43 días para la boda de la infanta Cristina de Borbón con don Iñaki Urdangarín. Vigilad el cielo).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_