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"El coche empezó a dar bandazos y se puso a dos ruedas"

Habían terminado sus vacaciones en Gijón y regresaban a su domicilio madrileño en la autocaravana que compraron hace unos cuatro años y que habían paseado varias veces por Europa. Al volante, José Antonio, informático de 47 años. Junto a él, su mujer, Rosario, de 45 años. Detrás, sus dos hijos, Eduardo, de 19 años, estudiante de contabilidad, y su hermano, G., de 17, alumno de COU. En una cama viajaba tumbada, para evitar mareos, la madre del conductor, Paz Martínez, de 78 años. El perro, Rufo, un cocker, era el sexto ocupante.Acababan de pasar los túneles de Guadarrama y esperaban avistar una gasolinera. Cuando adelantaban un autocar de pasajeros, la rueda trasera izquierda reventó. Rosario, que viajaba en el asiento del copiloto, se aferró a la puerta. "Íbamos a 100 o 110. La autocaravana empezó a dar bandazos. Noté cómo se ponía a dos ruedas y chocó contra el autocar. Salimos rebotados y volcamos. Sujeté a mi marido para que no se golpeara la cabeza. Mis dos hijos, que iban detrás, también se sujetaron. La abuela no, por eso salió despedida por la ventana. Bueno, tampoco el perro, que iba suelto y salió ileso". La abuela, ingresada grave en el hospital del Aire, falleció por la noche.

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"Todo se movía. Volcamos y fuimos a ras del suelo muchos metros, pero todo fue muy rápido, como un mal sueño", relató Eduardo.

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