Los occidentales siguen invirtiendo en Argelia a pesar de la violencia
La ola de terrorismo ciego que ha colocado a Argelia al borde del caos no parece intimidar a los inversores occidentales. Justo en el momento en que una delegación de hombres de negocios norteamericanos del Estado de Mississippi discute con las autoridades del país magrebí las posibilidades de inversión en la industria y en el sector agroalimentario, la prensa de la capital revela nuevas matanzas atribuidas a grupos islamistas.El teatro de los asesinatos ha sido esta vez el oeste del país. En un falso control levantado por un grupo armado sin identificar en la carretera de Orán a Mascara, justo a la salida de esta ciudad, conocida por sus excelentes vinos, siete personas Perteciecientes a una misma familia que viajaban a bordo de un vehículo fueron interceptadas y degolladas el viernes, revela el cotidiano de la capital El Jabar. En el mismo falso control y horas después, el mismo grupo asesinaba a otras dos personas sin ser detectado por ninguna de las innumerables patrullas de seguridad que peinan la región regularmente, elevando así a 24 el número de muertos en atentados entre el jueves y el viernes, al sumarse a los 15 asesinados en la localidad de Duera, a 30 kilómetros de Argel.
A esta matanza se añade la colocación de una bomba artesanal cerca del palacio de justicia de Orán el domingo al alba, que ocasionó tres heridos entre la población.
Lo asombroso, si es que algo puede ya asombrar en el sangriento teatro argelino, es que esta nueva matanza coincide, como la anterior en Larba, con la presencia de inversores occidentales en el país. En la anterior, los testigos ocasionales fueron británicos y alemanes. Esta vez le tocó el turno a los norteamericanos.
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