Arzalluz califica de "insidia" atribuir ambigüedad al PNV ante la violencia
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, reconoció ayer que en la ejecutiva de su partido existe preocupación por la creciente tendencia a culpabilizar al nacionalismo democrático de la persistencia de la violencia. "Damos el estampillado de ambiguos, como gente que tolera determinadas cosas, es una insidia", declaró el veterano dirigente.Arzalluz presidió en San Sebastián la única reunión que celebra en agosto el máximo órgano del PNV, tras la cual se negó a responder a las últimas declaraciones del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, porque se trata de una "polémica personal" que quiere reservar para otro momento. Anunció que la culminación del desarrollo del Estatuto de Gernika será el ámbito de discusión en la. próxima negociación de los Presupuestos Generales del Estado.
Aunque Arzalluz admitió que no quieren "caer en la paranoia", su discurso contenía una carga de reproche hacia los medios políticos y de comunicación "de Madrid" que alientan lo que, a su juicio, constituyen auténticos intentos de linchamiento contra el nacionalismo democrático. A pesar de la evidente preocupación que esta situación ha producido en la dirección peneuvista, Arzalluz anunció que el Partido Nacionalista no va a cambiar sus actuales posiciones sobre la violencia, proclamadas y recogidas en un documento hecho público en febrero de éste año, ni aunque generen esta falta de entendimiento.
"Vamos a nuestro paso"
"Nosotros siempre hemos corrido el maratón: llevamos 100 años ,vamos a nuestro paso, despacio, y estamos acostumbrados a ver cómo las cosas vuelven efectivamente a aquellas vías que nosotros marcarnos", sentenció Arzalluz. Aunque admitió, a continuación, no tener "la piedra filosofal para terminar con este fenómeno", el presidente del PNV dijo que existen varios puntos de desacuerdo en la política de pacificación con el Gobierno central, con el cual no comparte ni el diagnóstico ni los puntos de vista sobre. cómo deben desarrollarse estos temas. En alusión directa a la actual política de Jaime Mayor Oreja, Arzalluz precisó que la violencia que se sustenta en un entramado social "no se puede combatir sólo por la vía policial, sino que, como demuestra la experiencia, este tipo de fenómenos siempre terminan sentados en una mesa".
Recalcó que el nacionalismo democrático vasco está pagando' un alto precio por la situación de violencia al ser uno de los objetivos preferentes de ETA y su entorno. "Esto se puede percibir en el número de asesinatos de gente nuestra y en la preferencia que todos éstos de la gasolina tienen por los batzokis", afirmó Arzalluz, antes de afladir que el 50% de las agresiones que ha realizado el " submundo del MLNV" han estado dirigidas contra el PNV.
Arzalluz reconoció que la política de pacificación del ministro del Interior está apoyada por el Gobierno, pese a lo cual aseguró que mantiene muy buenas relaciones con José María Aznar y Francisco Álvarez Cascos.
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