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"El tren sólo pasa una vez, pido comprensión

Rivaldo sabía desde hacía varias semanas que iba a dejar el Deportivo para ir al Barça

"El tren sólo pasa una vez... pido a la gente del Deportivo comprensión". Rivaldo quiere que le entiendan. En sólo 24 horas ha pasado de un equipo a otro aunque él ya sospechaba desde que regresó a España, hace un par de semanas, que su tiempo en A Coruña tocaba a su fin. Así se lo hizo saber a Augustro César Lendoiro, presidente del club gallego, que prefirió ignorar la amenaza de la estrella brasileña. La incompresión de los dirigentes del Deportivo y sobre todo de su entrenador Carlos Alberto Silva cuando llegó tarde a un entrenamiento le hicieron decidirse. El pasado lunes el propio jugador, inquieto por la falta de noticias, preguntó si le había llamado José Maria Minguella -el agente que hizo la operación en nombre del Barcelona- La comunicación llegó tres días después.Ayer Rivaldo regresó en silencio a A Coruña para levantar su casa y hacer el traslado a Barcelona. "Claro que esto no les fácil para mí. Han pasado muchas cosas en dos días", dijo. "Pero pido a la gente del Deportivo que me vio por televisión que me comprenda. Cualquiera habría hecho lo mismo que yo". El mismo discurso que pronunció Karanka al dejar el Athletic para aceptar la oferta del Madrid.

El cansancio, la falta de horas de sueño, la tensión... Todo eso debió influir en el debú de Rivaldo, cuyo estreno. pasó casi desapercibido en el campo azulgrana. Su presencia iluminó un trofeo Gamper, pero tampoco pudo hacer milagros. Falló varios balones, pero intervino en la jugada que supuso a Giovanni marcar de penalti el segundo gol. del Barça ante la Sampdoria (2-2). "Estaba cansado. Me falta adaptarme y necesito rodaje, pero los 45 minutos que he jugado son muy importantes para mí", se disculpó. Humilde -contesta muchas veces las preguntas diciendo "si señor, sostiene que está ilusionado tras su fichaje y pide un margen de confianza: "Necesitaré algo de tiempo para estar a la misma altura que en el Deportivo".

Rivaldo, que vivió en una favela de Río-, consultó con su familia antes de aceptar la oferta de 300 millones de pesetas limpios que le ofreció el Barcelona. Una suma, dice, que le resuelve económicamente toda su vida.

La estrella brasileña se siente orgullosa de sus orígenes. Por eso recuerda que en sus inicios tenía que caminar cada día 20 kilómetros hasta el campo de entrenamiento y que cuando llegaba las piernas le temblaban de debilidad porque no tenía dinero para desayunar. Su boca, casi toda llena ahora de implantes, le hace rememorar cuando no tenía dinero para hacer un empaste. Ahora su fichaje ha pulverizado otra vez el frágil récord de traspasos del fútbol español -4.000 millones de pesetas- y se ha convertido de la noche a la mañana en la nueva estrella del Barça. Será él quién deba sustituir el vacío inmenso que dejó Ronaldo en el Camp Nou tras fichar por el Inter. Pero, curiosamente, tiene algo a su favor: Rivaldo era el único que resistía, hace una temporada, las comparaciones que se hacían de Ronaldo desde el Camp Nou. "Pero yo no quiero que me comparen con nadie. Yo soy yo", insiste. En cualquier caso, el fichaje le ha supuesto ascender de forma automática un peldaño de popularidad en su país: Mario Zagalo, su seleccionador, asegura que le piensa convocar pese a que no lo hacía desde Atlanta.

"Todo ha ido muy deprisa", insiste. Pero acepta el reto: dice que está preparado para ser alineado el miércoles en la Supercopa ante el Madrid, el primer título de esta temporada. "A todo el mundo le gusta jugar. Lo haré si el mister quiere", afirma.

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