Turquía aprueba la reforma escolar anti islamista

El Parlamento turco aprobó ayer la nueva Ley de Educación que, al tiempo que amplía la enseñanza obligatoria hasta los 14 años (tres más que hasta ahora), da luz verde a la clausura de las secciones de secundaria de las imam hatip, centros de formación de clérigos musulmanes convertidos en la práctica en institutos controlados por los islamistas. El cambio del sistema educativo fue uno de los principales caballos de batalla que enfrentaron al anterior primer ministro, el islamista Necmettin Erbakan, con la cúpula del Ejército, guardián de los principios laicos de la república fundada por Mustafá Kemal, Atatürk, en 1923.El nuevo jefe de Gobierno, el conservador Mesut Yilmaz, se ha apresurado a llevar al Parlamento la reforma escolar apenas dos meses después de llegar al poder con el apoyo de sus aliados de coalición socialdemócratas y centristas. Su proyecto de ley fue aprobado por 277 a favor frente a 242 en contra, y en medio de la ausencia de una treintena de diputados en la Cámara. Los parlamentarios del islamista Partido del Bienestar (Refah) anunciaron nada más concluir las votaciones que iban a recurrir la nueva legislación ante el Tribunal Constitucional turco. "Esta ley es contraria a la Constitución", proclamó Erbakan, quien aseguró que la batalla política aún no había terminado.

Yilmaz ha promovido la extensión de la escolaridad obligatoria durante ocho cursos (desde los 6 hasta los 14 años) como un avance de la sociedad turca. Pero tampoco ha ocultado que la incorporación de los centros de enseñanza secundaria al nuevo sistema educativo supondrá, a partir del próximo curso, la desaparición de las imam hatip.

Cuando comenzó la tramitación parlamentaria de la Ley de Educación, los islamistas lanzaron una campaña de protestas callejeras que alcanzaron su cima en las manifestaciones organizadas a la salida de las mezquitas tras el rezo de los viernes. La policía turca, sin embargo, se ha empleado con extrema dureza en disolver estas marchas para mostrar la voluntad del Gobierno de Yilmaz de no ceder a la presión de los islamistas.