_
_
_
_
Entrevista:

"El homenaje me llega tarde por tímido"

Telmo Zarraonaindía (Asua, 1921) va a batir otro récord. Más de 40 años después de su retirada, Zarra, muy nervioso en días pasados, recibe hoy el homenaje que le debe el Athletic de Bilbao (20.30 horas San Mamés) desde 1955. Con sus compañeros Panizo y Gaínza, el agasajo se cumplió pronto. El olvido, la timidez del jugador y las largas que le dieron al delantero centro terminaron por casualidad en un restaurante en el que estaba presente el presidente del club vizcaíno, José María Arrate. Desempolvado el último contrato de Zarra con el club en el que jugó 16 años, al ex 9 rojiblanco le puede la emoción. "No duermo estos días", asegura. Por si fuera poco desde el pasado jueves está acompañado por el portero inglés Williams, aquel al que batió en el mundial de Brasil de 1950 en el estadio de Maracaná.Pregunta. ¿Por qué han pasado cuatro décadas para que se celebre su homenaje?

Más información
Nueve

Respuesta. [Largo silencio con el dedo tapándose la boca]. Porque siempre he estado callado.

P. ¿Nunca lo reclamó?

R. No. Surgió el tema durante la cena en un restaurante en el que casualmente estaba el presidente José María Arrate. El Athletic ha tenido muchos presidentes. Ellos tenían mi último contrato de 850.000 pesetas por cinco años y un partido homenaje. Pero la culpa fue mía. Siempre he sido muy vergonzoso y cohibido. Hasta jugando lo era. En Asua, me llamaban Telmito el miedoso.

P. Como profesional, en un fútbol más tosco como el de entonces, ¿también sentía miedo?

R. Temor. Siempre jugué con sentido común. Fui muy precavido. Si el defensa era muy duro y yo iba con desventaja, trataba de no llegar al balón.

P. La dureza le forzó a cambiar sus modos.

R. Al principio, lo mío era el regate. Pero luego, los marcajes [en Primera División] eran terribles. Un delantero centro no podía regatear en el área porque le mataban. Las defensas eran durísimas. Esto no ha cambiado tanto.

P. ¿Qué es lo que más ha variado del fútbol de su época al actual?R. Nosotros teníamos más mano libre. Hoy los entrenadores mandan más.

P. ¿Puede el Athletic competir a largo plazo en Europa reduciendo su mercado a jugadores del País Vasco?

R. Yo creo que sí. Tiene equipo suficiente para presentarse en cualquier competición. Tengo confianza. Además, la gente es conformista. Con una clasificación buena, la gente está encantada. Cuando se gana al Madrid o al Barcelona, la afición goza de verdad. Cualquier día dará la sorpresa.

P. ¿Apoyaría que el Athletic fichara jugadores extranjeros?

R. A mí no me gustaría. El club está habituado a andar con gente de casa. Eso es lo más bonito que puede tener un equipo. Creo que el Athletic seguirá siendo así. No hay otro equipo en el mundo que haga lo mismo.

P. En el Reino Unido están importando jugadores brasileños, italianos, colombianos, un vuelco en el tradicional estilo de las islas. El Athletic, sin embargo, sigue más o menos fiel a este esquema.

R. En el fútbol está todo escrito. Lo importante es el entendimiento con el compañero.

P. Algo casi imposible hoy día, que se desmantelan y fabrican equipos con una frecuencia impensable hace pocos años.

R. Sí. Pero entonces era normal. Gaínza, Iriondo, Venancio, Panizo y yo jugamos 16 años juntos.

P. ¿Con qué escuela de fútbol se queda?

R. Con la brasileña. Parece que es la cuna del fútbol.P. Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Maradona, Van Basten, Ronaldo...

R. Di Stéfano lo tenía todo. También me gustaba mucho Martín, delantero centro del Barcelona.

P. En los últimos tres años se ha desbordado la pasión por el fútbol en cada ciudad, precisamente cuando los clubes están prescindiendo de los jugadores locales de las categorías inferiores.

R. Hay equipos que siempre han tenido futbolistas extranjeros. La gente se acostumbra a todo. Sobre todo cuando traen figuras. En Bilbao no ocurriría eso-, sería completamente distinto si decidieran traer jugadores extranjeros.

P. ¿Por qué sería distinto?

R. Porque jamás ha ocurrido esto. Es para estar orgullosos.

P. Hay una afición tremenda en el País Vasco, pero su padre nunca le vio jugar.

R. No sabía ni lo que era un balón. No nos ha visto jugar a ninguno de mis hermanos. Pero yo no tenía otra ilusión que jugar al fútbol. El día que marqué el gol a Inglaterra se lo dijeron a mi padre, que estaba jugando a las cartas en el bar. "¿Ah, sí?", dijo.

P. ¿Nunca pensó ser entrenador?

R. No, jamás. Siempre he sido vergonzoso. No valgo para mandar a nadie ni para poner o quitar a ningún jugador. A mí que me manden.

P. Con una oferta suculenta, ¿habría dejado el Athletic?

R. A mí de Bilbao no me sacaba nadie. Alguna vez me quisieron llevar. Pero yo soy muy de casa. Además, entonces costaba más salir y no se manejaban grandes cantidades.

P. ¿Le parecen desmesuradas ahora?

R. Yo lo único que quiero es que el jugador gane mucho dinero. Pero ahora ya no sabes ni leer las cifras. No sabes cuántos ceros hay. Yo me alegro mucho.

P. Las 4.000 pesetas anuales de su primera ficha en 1939, ¿para qué daban?

R. Para pagar lo que debía.

P. ¿Ganaba el Madrid por decreto?

R. Los árbitros siempre han sido iguales. Todo depende del equipo. A la larga lo que cuenta es el rendimiento.

P., Mucho ajetreo estos días.

R. Estoy recibiendo infinidad de llamadas y cartas desde toda España. Hasta ha habido aficionados daneses que me han pedido fotografías firmadas para que se las envíe.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_