Los saldos de Caneda

José María Caneda, presidente del Compostela, tiene la austeridad como máxima. Su equipo es el más cicatero a la hora de rascarse el bolsillo. Este año apenas ha invertido 40 millones en dos desconocidos jugadores holandeses, Ponk y Sion. El primero de ellos era portero del Utrecht y su debú no pudo ser más sonado. El Compostela perdió 8-0 con el Celta. "No ha sido más que un accidente", dijeron en el club. La secretaría técnica del Compostela tiene a gala su especialización en rastrear el mercado a la caza y captura de jugadores con la etiqueta de libres para que sus fichajes no cuesten un duro. Son los casos de Ohen -en su día casi desahuciado por el Real Madrid B- o Fabiano o el ruso Popov. Estas incorporaciones no supusieron desembolsos y ahora se han convertido en piezas codiciadas. Otras veces, se ha recurrido a los mercados exóticos de Marruecos o Nigeria, o se ha aprovechado la mala racha de un jugador para contratarlo, como Penev. Caneda siempre se vanagloria de la buena relación calidad-precio de sus adquisiciones. Reconoce haberse equivocado una sola vez, el año pasado, al fichar a mitad de temporada al brasileño, Mauricio, por 140 millones.