Molina y Pancorbo, en la final de 5.000

Dos de tres. Enrique Molina, el más fuerte, y Manuel Pancorbo pasaron la durísima cota de las semifinales de 5.000 metros, pero Anacleto Jiménez cayó eliminado. Sólo sobrevivieron a la marea africana, además de los dos españoles, el norteamericano Bob Kennedy, espléndido, el alemán Dieter Baumann, ahora con gafas, y el portugués Dionisio Castro, que lanzó el puño nada más cruzar la meta de la segunda serie como si hubiera ganado.En realidad había ganado su carrera, que ya es bastante. Meterse en la de los kenianos, marroquíes y etíopes es ya otro cantar. El francés Abdellah Mehar, que también entró, es otro asimilado, y el último invitado es la variante mexicana llamada Pablo Olmedo. Pero a ambos los superó Pancorbo en su semifinal.

Molina y Jiménez corrieron la primera y pronto Anacleto dio muestras de que no iba a poder estar a su altura. Con pasos sobre 2.46-2.47 en los primeros kilómetros, en cuanto se aceleró el ritmo la selección fue drástica. El etíope Bikila (otro ilustre apellido) fue el primero en probar y eso casi le cuesta después la eliminación. Realmente la gran fuerza está en los kenianos, sobre todo en Daniel Konien y a él se pegó Baumann, como al mejor marroquí, Sghyr. El plusmarquista español, Molina, magnífico, no tuvo problema para estar con los tres mejores. Se clasificó cuarto, cuando entraban cinco por puestos. En la última vuelta se permitió dejar descolgado al otro keniano, Paul Bitok. Y eso que tiene una pequeña ampolla en un pie, aunque cree que no le dará problemas.

"Me encontré bien para estar con el grupo de cabeza siempre", dijo. "Ser el primer blanco en la final supondrá estar entre los cinco primeros", confesó. Y espera estar aún más rápido en la final.

Pancorbo pasó muchos más apuros y se metió como el primero de los cinco mejores tiempos tras los 19 clasificados por puestos. No pudo ni siquiera poner en práctica su fuerte final (Molina no lo tiene), porque quedó irremisiblemente descolgado en el último ataque del marroquí Lahssini y de Kennedy, al que sólo pudieron sumarse el otro marroquí, Boulami, y el keniano Nyariki. índice de la tremenda dureza de este 5.000 es que el etiope Fita Bayissa entró de milagro en la final y el cuarto keniano, el ilustre Ismael Kirui, quedó fuera.

El problema ahora para Pancorbo es recuperarse en tan poco tiempo, porque no lo ha conseguido nunca hasta ahora. "Bueno, espero que lograrlo por primera vez", dijo. "No quise atacar más p ara coger a Castro porque veía en el marcador que ya me clasificaba por tiempos. No pude seguir antes el ritmo de la cabeza, pero se trataba de entrar en la final. Mi objetivo ahora es estar entre los ocho primeros de la final".