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Reportaje:

'Pantalla antisuicidios'

El Ayuntamiento instalará vallas de dos metros en el Viaducto para impedir los saltos

El Ayuntamiento de Madrid ha decidido instalar pantallas en ambas barandillas del viaducto de la calle Bailén, sobre la calle Segovia para evitar que los suicidas lo utilicen como trampolín hacia la muerte. Este punto, por su elevada altura (alrededor de 50 metros), se ha convertido en los últimos años en uno de los lugares elegidos más frecuentemente por los suicidas.Las obras de instalación de las pantallas, de una altura de 2,10 metros, se iniciarán en otoño, según anunció ayer el concejal de Obras e Infraestructura, Enrique Villoria.

Las pantallas de seguridad se elevarán sobre el pavimento de la acera, por la cara interior de las barandillas. Serán de vidrio transparente, para evitar que sus elementos de anclaje dificulten la visibilidad del entorno, y de gran resistencia a los impactos de piedras y al viento El Ayuntamiento aprovechará la instalación de estas pantallas de seguridad para mejorar la zona del Viaducto. Tiene previsto pintar las barandillas del puente y sustituir los elementos de piedra natural que se encuentren más deteriorados o en mal estado de conservación. El proyecto de obras, ya elaborado, verá luz verde en un próximo pleno municipal. No hay datos estadísticos sobre el número de suicidos registrados en los últimos años en este punto de la capital, pero es rara la semana, según fuentes municipales, que no se consuma algún suicido o intento.

Los policías locales que vigilan la zona y los conductores de los autobuses de la línea 31 de la EMT (plaza Mayor-Alto de Extremadura, cuya ruta pasa por debajo del viaducto) conocen bien los sobresaltos y momentos de angustia que con frecuencia se producen en esta zona. Con los consiguientes problemas viarios, ya que tanto la calle Bailén como la de Segovia son vías muy transitadas.

La idea del Ayuntamiento es acabar con la negra leyenda de muertes queridas que rodea a este histórico viaducto, que escribió una de sus páginas más tristes la noche del domingo 24 de septiembre de 1995. Dos quinceañeras se precipitaron al vacío víctimas de una historia de desamor. Una de ellas, Susana G., se vio arrastrada al vacío por su amiga cuando intentaba sujetar la in extremis para que no se lanzara desde el puente. Las dos murieron casi en el acto.

Fuentes municipales ignoran si con esta medida se reducirá o no el número de suicidios en la capital ("quitarse la vida no es difícil", explican); de lo que sí están convencidas es de que, con las pantallas de seguridad, no va a resultar nada fácil lanzarse al vacío desde el viaducto.

Recuerdan estas fuentes que ha habido semanas, como por ejemplo la del 9 de octubre de 1996, en que, se han sucedido hasta tres suicidios o intentos en el viaducto.

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