Castigo a la chantajista

Al siempre risueño Bill Cosby las cosas suelen irle de color de rosa en sus telecomedias. Pero la realidad no es tan agradable. Justo después de que su hijo Ennis fuera asesinado a tiros en una autopista de Los Ángeles el pasado mes de enero, una joven negra de 22 años fue detenida en Nueva York por intentar chantajearle: Autumn Jackson le pedía al actor 40 millones de dólares (unos 6.000 millones de pesetas) a cambio de no decir a la prensa que era su hija ilegítima.Ayer mismo, un jurado popular de Manhattan determinó que, en efecto, Autumn Jackson. es culpable de extorsión. La joven afronta una petición de cinco años de cárcel, el mínimo que ha sugerido el jurado, aunque su abogado defensor, Robert Baum, ha expresado su confianza en que el juez estime su recurso y Autumn eluda la prisión.

La resolución del caso da un breve respiro a Bill Cosby, pero el culebrón no ha terminado, ya que la cuestión de fondo no se ha tocado en este juicio. Cosby, que tuvo una aventura extramatrimonial con una mujer en 1974, se ha negado a pasar por una prueba de paternidad a fin de determinar si Jackson es su hija o no. Admite el escarceo, pero ha negado repetidamente la consecuencia que se le imputa. Cosby testificó personalmente en el juicio por extorsión hace pocos días, y narró su aventura con Shawn Upshaw. Explicó que sólo se había acostado con ella una vez, y que durante años le, dio dinero para mantener a su hija, Autumn, aunque poniendo siempre por delante que no lo hacía como padre, sino como figura paterna. Así las cosas, Cosby dejó pasar la cuestión de la paternidad, regresó a su esposa, Cámilla, y a la fama internacional que le proporcionaron sus sucesivas telecomedias sobre familias entraillables. Escribió un libro titulado Paternidad y se convirtió de hecho en la figura paterna más reconocible que ha dado el mundo de la televisión.

En enero de 1997 muere su hijo Ennis, y dos días después la policía de Nueva York detiene a Autumn Jackson y a otros tres cómplices: su novio, Anthony Williams, José Medina y Boris Sabas. El grupo se había puesto en contacto repetidamente con el abogado de Cosby y con el presidente de la cadena de televisión CBS (en la que se emite su nueva telecomedia) para hacer el siguiente trato: o les daban 40 millones de dólares o iban con su historia al diario sensacionalista The Globe, con la cual ya tenían apalabrado un contrato para contarlo, todo. Desgraciadamente para ellos, todo quedó grabado en cintas. Bill Cosby explicó en el juicio que había dejado de pagar dinero a Upshaw y a Jackson porque ésta había abandonado sus estudios. Entonces fue cuando Jackson salió con la amenaza.

"Me pidieron 40 millones de dólares a lo largo de 22 años", declaró Cosby. "Yo había sido atento con ellos, pagándoles, respondiento a sus deseos y necesidades. Pero esto ya era una amenaza real". Por su parte, los abogados de Autunm Jackson la retrataron como a una pobre indefensa, necesitada de amor y dinero para subsistir. Ayer, tras escuchar la sentencia, su abogado manifestó que estaba "absolutamente devastada". "Es inconsolable", sentenció.

Jackson y Medina podrían pasar los próximos 12 anos en la cárcel, puesto que se les acumulan tres - cargos: extorsión, conspiración y un tercero de desplazamiento interestatal para cometer un crimen (viajaron de Los Angeles a Nueva York para desplegar su plan). Boris Sabas recibirá una pena menor, mientras que el tercer implicado, Anthony Williams, se declaró culpable antes de concluir el proceso. Aunque queda por determinar todavía si Cosby es realmente el padre de Autumn Jackson o no, el actor podrá, sin duda bajar un poco la guardia este fin de semana.

Desde la muerte de su hijo y la explosión del caso que ahora se cierra provisionalmente, Bill Cosby ha mantenido sus compromisos públicos con sorprendente dignidad y buen humor, apareciendo en la grabación de su telecomedia, sus actuaciones, entregas de premios y entrevistas como si nada, pudiera empañar su visión bondadosa y sabia del mundo. Puede que Cosby acabe como otros famosos caídos en desgracia, pero parece dispuesto a luchar hasta el último segundo por evitarlo.