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El fiscal del "caso Alcàsser" defiende la total validez de las confesiones de Ricart

Sara Velert

El fiscal jefe de Valencia, Enrique Beltrán, rechazó ayer tajantemente que Miguel Ricart confesara su participación en el triple crimen de Alcàsser como consecuencia de supuestas torturas y amenazas, y afirmó que la defensa no ha tenido "más remedio" que "cogerse a un clavo ardiendo" al aceptar esta versión del acusado. Las declaraciones de Ricart cumplieron todas las garantías legales, según el fiscal, que realizó una encendida defensa de la labor de la Guardia Civil.

"Cuando alguien no encuentra una defensa adecuada habiéndose autoinculpado, sólo le queda el recurso de decir que se retracta y que lo dijo a fuerza de golpes". Enrique Beltrán, fiscal jefe de Valencia, defendió ayer la legalidad y validez probatoria de las confesiones que ahora rechaza Ricart y recordó que se realizaron con todas las garantías, al presentar su informe en el juicio del caso Alcàsser.El fiscal, en un informe trufado de jurisprudencia y citas literarias, recalcó que el tribunal cuenta con indicios que apoyan estas auto inculpaciones, pero tendría con ellas ya una prueba suficiente de la presunta culpabilidad del procesado. También subrayó que las condenas por violación "no exigen" la existencia de pruebas biológicas contra un procesado.

Beltrán analizó algunos "pormenores" que relató Ricart sobre el crimen y que supuestamente sólo podía conocer él: cómo fueron llevadas las niñas a la caseta de La Romana (Tous) en la que fueron golpeadas y violadas, cómo y en qué orden sufrieron esas agresiones, la posición de los cuerpos junto a la fosa en la que fueron enterradas... "Los indicios concuerdan perfectamente con la realidad y la realidad está probada", sentenció Beltrán, que recordó, además, que el procesado describió lesiones de las víctimas que sólo se conocieron meses después de su autoinculpación.

Miguel Ricart no quiso mirar al representante del ministerio fiscal mientras desgranaba las pruebas e indicios por los que solicita para él una condena de 200 años de prisión por el rapto, violación y asesinato de las tres niñas de Alcàsser en noviembre de 1992. Durante las casi cuatro horas que duró el informe del fiscal, el procesado le dio la espalda y calmó su posible nerviosismo tomando notas en un bloc que entregó a su defensor. Negó con la cabeza al oír algunos argumentos del fiscal y sonrió irónicamente en otros momentos del discurso.

Condena a los juicios paralelos

Enrique Beltrán rechazó la "manipulación" y los "juicios paralelos" en tomo al caso y criticó con dureza las "fantasías", "tramas estúpidas" e "hipótesis retorcidas" que se han difundido sobre este crimen. Realizó una encendida defensa de la labor de la Guardia Civil, que al igual que los forenses valencianos, ha sido objeto "de auténticos vilipendios e insultos que no merece" y advirtió también que "en su momento, se verá la trascendencia penal" de esas "calumnias".El catedrático sevillano Luis Frontela, perito de la acusación particular, tampoco se libró de una contundente crítica del fiscal a su labor y su hipótesis del doble enterramiento.

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El abogado Arturo Casells, en nombre de Fernando García, padre de una de las víctimas, se centró en errores y supuestas irregularidades del sumario que considera objeto de nulidad y motivo suficiente para reabrirlo, lo que invalidaría el juicio contra Ricart. El letrado calificó de "mecanicistas" las declaraciones del acusado y dio crédito a la versión de que recibió "algunos mamporros". El abogado pide 9 años de prisión para Ricart por encubrir los asesinatos. Las restantes acusaciones expondrán hoy sus informes finales.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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