La religión bahai celebra con un congreso sus 50 años en España
La comunidad predica el total igualitarismo
En España son 4.000, pero en el mundo hay más de seis millones de personas que profesan la fe bahai, nacida el pasado siglo en Persia y que propugna la unidad e igualdad del género humano y los valores de tolerancia. Mañana celebran en Madrid su II Congreso Nacional conmemorativo de su comienzo en España hace 50 años.
"Creemos que la vida es un progreso espiritual, y ello se traduce socialmente en los derechos humanos", dice Sepelir Behrooz responsable de información "Claro que aún hay gente que nos confunde con una secta. La culpa la tenemos nosotros, por que no buscamos el proselitismo Por supuesto la sociedad española no nos discrimina, aunque con las instituciones la sintonía no es perfecta. En los niveles oficiales, si bien estamos inscritos en el Registro de Entidades Religiosas desde 1968, por supuesto no tenemos el mismo trato que las religiones con notorio arraígo, como la católica, la evangelista, la musulmana o la judía. Pero el mayor desconocimiento se produce en los grados administrativos inferiores, los ayuntamientos, las casas de cultura... Si queremos organizar un acto, hay que enviar previamente un enorme montón de papeles explicativos de quiénes somos, de nuestras creencias". Los bahais creen en la igualdad, y por supuesto en la de hombres y mujeres. Forman parte de la Coordinadora de ONG y de la Federación de Asociaciones de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos. No tienen clero. Son dirigidos por una asamblea de nueve miembros de la comunidad, elegidos cada año. Carecen de ritos, "para no derivar en ningún tipo de sacralización ajena", señala María del Amor Martínez, del equipo de comunicación. Creen que todos los grandes mensajeros religiosos -Krlshna, Moisés, Buda, Cristo o Mahoma- fueron enviados por Dios. Como, sólo tienen la de orar cada día y la de ayunar un mes al año (su calendario es de 19 meses de 19 días) en las horas de sol. Como prohibiciones, no tomar alcohol o drogas y no practicar el sexo antes de casarse. Piden erradicar los prejuicios basados en diferencias de credo, color, género o clase. Apoyan la idea de un tribunal mundial de justicia y de un idioma internacional auxiliar.
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