Otros dos presos piden a ETA que abandone las armas

Los ex miembros de ETA Vicente Antonio Sagredo y Pedro Garmendia Alberdi, ambos recluidos en la prisión de Nanclares de Oca (Álava), se sumaron ayer a las condenas de otros presos etarras al asesinato de Miguel Angel Blanco, con sendos escritos en los que piden el cese de la lucha armada.Sagredo, que abandonó la banda terrorista en 1980, hizo en su carta un llamamiento a los militantes y votantes de HB para "que fuercen a su Mesa Nacional a dimitir, pues por el camino del enfrenta miento no se llega a ningún sitio". Este preso cumple 26 años de cárcel por el asesinato de Ramón Coto Abad en Bilbao y fue extraditado de México en octubre de 1995.

El otro preso, Pedro Garmendia, afirmó: soy "partícipe del sentir mayoritario de mi pueblo, que rechaza los métodos violentos para conseguir fines políticos". Cumple seis años de prisión por haber pertenecido a un grupo de apoyo de ETApm encargado de almacenar armas y explosivos en un caserío de Azcoitia (Guipúzcoa). Tras ser extraditado por México en diciembre pasado, ha sido uno de los presos trasladados a cárceles del País Vasco el pasado 15 de junio.

Son ya ocho los presos de ETA que han condena do el asesinato del concejal de Ermua (Vizcaya). Seis de ellos están recluidos en Nanclares de Oca (Alava) y son, además de Sagredo y Garmendia, los etarras Juan Manuel Soares Gamboa, Luis Gorriti Pagola, Luis Gastón Arrieta y José Miguel Latasa Fermín.

Los otros dos son Sabino Álava, recluido en la cárcel de Pamplona, y José Antonio Carrasco Alba Joxean, en la cárcel de Córdoba.