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Los dirigentes de la 'Mir' dudan en confiar las reparaciones a su agotada tripulación

Los expertos atribuyen las averías de la estación a fallos humanos y no técnicos

Confiar a la agotada tripulación la peligrosa tarea de reconectar los cables que unen el despresurizado módulo Spektr a la estación espacial Mir, o aplazar la reparación hasta la llegada en agosto del nuevo equipo de astronautas, Anatoli Soloviov y Pável Vinográdov: he ahí el gran dilema para los dirigentes del Centro de Control de Vuelos. La decisión la tomará el lunes el consejo directivo, integrado por los creadores de la estación, de los módulos y de las naves espaciales rusas. Los expertos atribuyen las averías desde el choque espacial del 25 de junio a fallos humanos.

Los expertos no admiten como determinante ni el envejecimiento de la estación orbital, ni los fallos de los equipos, ni la crónica falta de financiación de la investigación espacial rusa. El problema clave es, hoy, el hombre.Y este hombre parece tener un nombre: Vasili Tsiblíyev, comandante de la estación. Era él quien estaba haciendo un ejercicio de reacoplamiento manual,de la nave de carga Progress M-34 cuando ésta chocó contra el Spektr el 25 de junio. La colisión dañó uno de los cuatro paneles solares del módulo y dejó un agujero en su carrocería, a consecuencia del que se despresurizó.

Ante el peligro de deshermitización de toda la Mir, los cosmonautas se vieron obligados a arrancar rápidamente todos los cables que unen los paneles a la estación y a clausurar el Spektr. La estación perdió cerca del 40% de su energía eléctrica, ya que la que generan los paneles del módulo averiado no llega a la estación.

Tsiblíyev se resiste

La peligrosa tarea que debía. realizar Tsiblíyev y el ingenerio Alexandr Lazutkin consiste en reconectar esos cables eléctricos, para lo que hay que instalar una nueva compuerta hermética. En cuanto Tsiblíyev se enteró de la tarea que tendría que realizar, comenzó a resistirse: decía que no estaban preparados, que no podrían hacerlo, etc. El agobio le causó sobrecarga psicológica lo que, según los médicos, le ocasionó arritmia cardiaca que desarrolló Tsiblíyev en órbita.Ante la delicada situación, el consejo médico decidió prohibir a Tsiblíyev participar en las reparaciones. No podían conflar este peligroso trabajo -si sale mal se puede despresurizar toda la estación y los cosmonautas tendrían que abandonarla- a una persona altamente emocional y nerviosa. Comprendieron que, Tsiblíyev ya no podría calmarse del todo.

Los acontecimientos posteriores mostraron que tenían razón: el jueves un miembro de la tripulación desconectó un cable equivocado, y la Mir perdió una vez más su orientación con respecto al Sol. Esto, a su vez, produjo una pérdida ole electricidad, la temperatura comenzó a descender y hubo que desconectar todos los sistemas -menos los vitales- para, ahorrar energía. El Centro de Control se negó a decir quién (le los tres tripulantes -Tsiblíev, Lazutkin o el norteamericano Michael Foale- había cometido el grave error. Sin embargo, Itar-Tass, la agencia oficial rusa, señaló como culpable al comandante.

Aparentemente, Tsiblíyev no ha podido resistir la serie de problemas que. se han sucedido desde que llegó a la Mir en febrero. El primero fue la fuga de líquido refrigerante que dejó a los cosmonautas sin suministro normal de oxígeno; en marzo, el generador principal de oxígeno se detuvo; 15 días después, estalló un incendio en uno de los módulos: aunque pequeño, fue un grave problema porque les cortó la salida a la nave de escape. Por último, en abril se produjo un escape de sustancias tóxicas. Pero lo que acabó definitivamente, con los nervios de Tsiblíyev fue el incendio.

El director del programa espacial Mir-NASA, Valeri Riu-min, opina que lo más probable es que se decida no encomendar las reparaciones a Lazutkin y Foale -quien está dispuesto a ayudar al ingeniero ruso- y dejárselas a la próxima tripulación. El problema es que en pequeños espacios cerrados el ánimo de una persona se tránsmite y por eso se teme que Tsíblíyev contagie su nerviosismo a Lazutkin y Foale. De tomarse esta decisión, el francés, Leopold Eyharts deberá aplazar su vuelo medio año, ya que si parte con Soloviov y Vinográdov no podría cumplir su programa: el módulo Priroda, donde debe realizarlos, no puede funcionar hasta que la energía de los paneles del Spektr no llegue al resto de la estación. El viaje de Eyharts tiene sentido sólo si antes se reconectan los cables.

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