TOUR DE FRANCIA 97
Induráin, un aficionado más
Miguel Induráin estuvo ayer en la etapa como un aficionado más. A cuatro kilómetros de la meta, en la bajada del último puerto, de Azet, se le ve, a la derecha, aplaudiendo el paso de Riis y Escartín, junto a su esposa, Marisa, y la de Marino Alonso, que sostiene en sus brazos al niño del quíntuple ganador del Tour. Induráin llegó desde Pamplona, donde disfrutaba dé los sanfermines y se entrenaba -no mucho- para correr el día 20 una carrera en Treviso (Italia) como homenaje a Giovanni Pinarello, el constructor de su Espada, con la que superó el récord mundial de la hora.
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